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El primer consultorio público de tartamudez ya está funcionando

En el tercer piso del Hospital Avellaneda hay un servicio único en la provincia en el sector público. Se trata del Consultorio de Tartamudez, que abre sus puertas de lunes a viernes, de 13 a 19 horas, para pacientes con o sin obra social.

La tartamudez es la disfluencia más habitual; un trastorno del habla que consiste en una alteración del ritmo y la fluidez verbal que se caracteriza por repeticiones indeseadas de sílabas, palabras o frases, acompañadas de interrupciones espasmódicas de la conversación, que producen angustia y son difíciles de controlar.

El origen de la tartamudez está en la falta de coordinación de los movimientos periféricos del habla, pero no se conoce su causa. Esta afección, al igual que el resto de las alteraciones del habla, tiene una mayor incidencia en los varones (cuatro veces más que en las mujeres), y se manifiesta normalmente entre los tres y los seis años. Cuando se inicia en la edad adulta suele estar relacionada con un acontecimiento traumático o una lesión en el sistema nervioso.

“Quiero agradecer a la ministra Rossana Cahhla y al doctor Gustavo Vigliocco porque gracias a ellos y al director de esta institución, Luis Medina Ruiz, se abrió este espacio”, comenzó diciendo la licenciada en fonoaudiología del Consultorio de Tartamudez del Hospital Avellaneda, Lina Marcela Almazán. En este sentido, contó que el servicio funciona de lunes a viernes, de 13 a 19 horas, y se recibe a pacientes con o sin obra social. “Cada viernes se realizan charlas de concientización y detección temprana de tartamudez”, agregó.

El 22 de octubre, en el aula de comité de docencia del Avellaneda se realizará una jornada de concientización dirigida al equipo de salud, a pacientes y al público en general; será desde las 8:30 hasta las 12:30 horas.

“Este servicio recibió pacientes del interior de la provincia, de Jujuy y Salta. La gente hace mucho sacrificio para llegar hasta aquí y le damos la mejor respuesta posible en cuanto a la atención y al asesoramiento”, manifestó Almazán. Además, la especialista en tartamudez dijo que el tratamiento comienza informando de qué se trata la disfluencia; se hace la entrevista, recolección de datos y averiguaciones pertinentes con respecto a los antecedentes de la patología. “A partir de allí empezamos con los talleres, tanto para el paciente como para la familia”, finalizó.

Los signos que pueden alertar a los padres de la existencia de un problema de tartamudez que debe valorar un especialista son:

  • El niño repite sonidos, palabras o frases después de cumplir los cuatro años.
  • Gesticula mucho al hablar (parpadeo, muecas).
  • Sacude la cabeza cuando habla.
  • Siente vergüenza al hablar e, incluso, intenta evitarlo.
  • Le cuesta comunicarse y se siente frustrado por ello.

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