Inicio » Hospitales » Hospital Avellaneda » Nahuel: “Tengo una vida en la que soy feliz y muchos sueños para mi futuro”

Nahuel: “Tengo una vida en la que soy feliz y muchos sueños para mi futuro”

Nahuel Vásquez cuenta que durante la primaria le costaba mucho relacionarse con sus compañeros, por lo que sus papás buscaron una terapia que lo ayudara a mejorar sus habilidades sociales. A los 11 fue diagnosticado con síndrome de Asperger. Hoy con 17 años es un joven lleno de proyectos que relata su recorrido para ofrecer un mensaje de superación y esperanza.

Cada 18 de febrero se conmemora en el mundo el día de este síndrome en homenaje a la fecha de nacimiento de su descubridor, el psiquiatra austriaco, Hans Asperger. La fecha busca cumplir con el objetivo de concientizar a la sociedad sobre las dificultades que atraviesan las personas con síndrome de Asperger y sus familias.

El miembro del servicio de Maduración y Desarrollo Infantil del hospital Avellaneda, licenciado en Psicología Federico Cannizzaro, explicó que el síndrome de Asperger es una condición neurobiológica que se asocia a diferentes trastornos de conducta como la inflexibilidad, rigidez, dificultades a nivel semántico o pragmático que afectan las áreas del lenguaje y la comunicación y sobre todo para la interacción social.

“Los padres llegan al servicio por diferentes motivos de consulta: Retraso en el lenguaje de sus hijos o dificultad para interactuar en el jardín o en la escuela; son pacientes que pueden parecer muy literales y muchas veces no comprenden el doble sentido o la ironía y esto les dificulta entablar determinadas relaciones. Aquí se les realiza una entrevista y llegamos a un diagnóstico”, inició el especialista.

Al respecto, el referente enfatizó que, si bien actualmente se tiende a incluir al síndrome de Asperger en el ámbito del Trastorno del Espectro Autista, desde el servicio del Avellaneda prefieren arribar a un diagnóstico para conocer las necesidades más genéricas del niño y luego olvidarse de las etiquetas y trabajar desde la particularidad de cada paciente, observando cuáles son sus necesidades principales para otorgarle un tratamiento adaptado como un “traje a medida”.

“No hay una receta básica para trabajar con un niño con síndrome de Asperger o Autismo, pero la principal condición de todo tratamiento es el compromiso multidisciplinario más allá del tipo de terapia u orientación que se requiera implementar. La terapia psicológica no solo debe trabajar los factores estresantes, sino también las habilidades para que puedan resolver cualquier situación social de manera adecuada y esperada”, agregó Cannizzaro, al tiempo que comentó que el nivel de demanda que reciben es elevado, especialmente por derivación.

En cuanto a los dispositivos que ofrece el hospital, el profesional contó que se realiza un taller de habilidades sociales para adolescentes, preadolescentes y niños de entre 7 y 10 años: “Con el grupo de niños se trabaja un taller de venta de ensaladas de frutas, para que ellos puedan incorporar nociones del sistema monetario, respetar reglas, roles y turnos y especialmente para que incorporen la posibilidad de trabajar generando mayor autonomía, vínculos y amistades”.

“El Asperger no es una enfermedad, es una condición con la cual se nace”

Así lo define Nahuel Vásquez mientras relata que al principio su familia buscaba un lugar donde él pudiera empezar terapia y mejorar sus habilidades sociales para relacionarse mejor.

“Lo que más me cuesta a mi es relacionarme con las personas. Yo no tenía ni idea sobre lo que me pasaba en la primaria, no tenía amigos y recién a los 11 años me diagnosticaron Asperger. Eso me ayudó a entender el motivo por el cual no tenía amigos”, recuerda y agrega: “Es difícil para una familia atravesar esto al comienzo, pero después se hace un poco más sencillo, aun me sigue costando relacionarme con la gente, pero vivo la vida a pesar de todo esto”.

Cuando Nahuel va a la escuela, suele quedarse en el recreo jugando con su teléfono y cuenta que al momento de conversar, le resulta más fácil el diálogo con las chicas, ya que episodios de bullying que sufrió en el pasado por parte de compañeros varones, le dificultan aún las interacciones con ellos.

“De todas maneras intento solucionarlo. Aquí en el servicio del Avellaneda me ayudan a aprender habilidades sociales, al principio fue de forma individual y luego se incluyeron compañeros, me cuesta superar la timidez pero poco a poco entiendo mi situación. Me está yendo bien en la escuela, soy primer escolta de la bandera, nunca me llevé materias en mi vida y tengo muchos sueños para mi futuro”, sostuvo Nahuel.

“Yo les recomiendo, tanto a los padres como a los jóvenes y a los más pequeños, que no tengan miedo si están atravesando algo similar, el Asperger no es una enfermedad, es una condición con la cual se nace. Hay muchas personas con Asperger y tienen sueños que cumplir y toda una vida por delante, podemos vivir la vida al máximo no importa lo que tengamos, como seamos, tenemos que ser felices y jamás rendirnos”, concientiza.

El principal sueño de Nahuel es convertirse en diseñador gráfico e ingeniero en sistemas y viajar por el mundo, lo apasionan la tecnología y la astronomía. Él ve hacia el futuro y no permitirá que su condición le dificulte cumplir sus metas y anhelos: “Es cuestión de proponérmelo, no importa como nací, tengo una vida y soy feliz como soy”, concluye el joven para el que no habrá imposibles.

Galería de fotos: