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“Reparar es una tarea de encuentro y de búsqueda con el otro que nos llena de alegría y hace bien”

Así se manifestó Ana Berezin, asesora y miembro del Consejo Consultor del Centro de Asistencia a las Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos Doctor Fernando Ulloa, en ocasión del “II Encuentro sobre Políticas Públicas, Salud Mental, Derechos Humanos y Consecuencias Subjetivas del Terrorismo de Estado” llevado a cabo en la Dirección de Emergencias de la Provincia.

La referente del Programa Provincial de Prevención y Asistencia a la Violencia de la División de Salud Mental del PRIS, Carolina Salim, comentó que desde el año 2011 se empezó un trabajo de articulación sectorial con el Centro Ulloa del Ministerio de Justicia de la Nación y el Sistema Provincial de Salud.

Carolina Salim – Referente del Programa Provincial de Prevención y Asistencia a la Violencia de la División de Salud Mental del PRIS

Uno de los espacios en que se viene trabajando es el de formación y refuerzo de la red sanitaria, a través de charlas y capacitaciones para fortalecer la política pública de derechos humanos por memoria, justicia, verdad y reparación. “Para esto contamos con la generosidad de disertantes y expertos que acompañan hace mucho tiempo a víctimas del terrorismo de Estado, un eje que tomamos con mucha fuerza este año a través del programa de violencia”, afirmó Salim.

La profesional agregó que “estamos en el curso del 4º juicio en el que psicólogos del SIPROSA acompañan a testigos-víctimas que declaran en las audiencias. Empezamos con la Megacausa Jefatura y Arsenales II, pasamos luego por el juicio de Benedetti, de Canto y actualmente estamos en el de Villa Urquiza; por lo que tomamos contacto con unos 400 testigos y sus familiares”.

Otro aspecto a destacar es la realización de Juntas Médicas, que se comprenden de equipos interdisciplinarios compuestos por psicólogos y psiquiatras que evalúan el daño actual de las víctimas de terrorismo de Estado, enmarcado en las leyes de reparación nacional y coordinados con el Centro Ulloa, de donde se envían los pedidos de junta, por medio de un proceso administrativo que se maneja a través del Ministerio de Justicia de la Nación.

A nivel provincial se han realizado ya 140 juntas desde el Sistema Público de Salud, con los equipos de psicólogos y psiquiatras, en los servicios y articulando con las otras instituciones que intervienen en el proceso judicial como Tribunal Oral federal, secretaria de Derechos Humanos de la Provincia, Colegio de Psicólogos y Observatorio de la Mujer.

“Establecemos un contacto previo con los testigos, brindamos acompañamiento para quien quiera tomarlo, es voluntario para quien lo necesite, ya que estos procesos implican revivir una situación traumática”, explicó Salim y agregó que si en algún caso se considera necesaria la continuidad de tratamiento, se deriva al testigo ahora sí como paciente psicológico o psiquiátrico, a la red de asistencia de Salud Mental del SIPROSA.

“Inventar, o fracasamos”

La asesora del Centro Ulloa, Ana Berezin citó la frase del maestro de Simón Bolívar, Simón Rodríguez: “Inventar, o fracasamos”, como una guía para, en palabras de la profesional: “animarnos a crear como una forma de hacernos bien, para transformar situaciones excesiva e inabarcablemente dolorosas”.

Berezin destacó que  trabajar en las provincias en materia de derechos humanos, implica asumir una política pública de Estado, con la responsabilidad y complejidad que conlleva instrumentar en cada tarea una posición ética-política que se sostiene en la búsqueda de la verdad, la memoria y la justicia con posibilidad de reparar a las víctimas del terror de Estado y al conjunto social.

Ana Berezin – Asesora y miembro del Consejo Consultor del Centro de Asistencia a las Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos Doctor Fernando Ulloa

“El estado somos cada uno, está en la responsabilidad que asumimos cada vez para lograr reparación y una sociedad justa”, manifestó la profesional quien considera que solo se logra caminar en el largo proceso de transformación para salir de cualquier modo de opresión y dominación, caso por caso.

Siguiendo esta línea, Berezin afirmó que “transmitir la alegría de seguir peleando es hacernos cargo y asumir que lo que le pasó más cruelmente a una parte significati2va de la sociedad, también me pasó a mí y a cada grupo social de forma directa o indirecta.

En este camino, a nivel nacional se han superado los 1200 acompañamientos, si bien la asesora del Centro Ulloa hizo hincapié en que los más de 500 genocidas condenados irradian mucho más allá de sus grupos de influencia, lo que tiene un impacto cualitativo en la sociedad, cuyos efectos plenos se verán quizás en la próxima generación.

“Así como el terror de Estado trabajó para someter a las víctimas, nosotros intentamos dejar nuevas huellas para muchas generaciones que marquen positivamente la subjetividad de una generación contra las propuestas del individualismo, de la banalización, de la indiferencia, del sálvese quien pueda, del todo vale. Estamos construyendo otro modo de vivir”, finalizó.