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Violencia contra la mujer: una problemática prioritaria

El incremento de la morbilidad por trastornos mentales, su impacto negativo en la calidad de vida de las personas y sus consecuencias, determinó su priorización en el Plan de Salud al Bicentenario 2007-2016, elaborado por el SIPROSA. A partir de este documento se definieron estrategias a implementar en el área de salud mental en general y en relación a esta problemática en particular, a nivel programático y operativo.

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Durante el período 2007-2010 se avanzó en la formulación e implementación de programas provinciales, aprobándose en el año 2010 el Programa Provincial de Prevención y Abordaje de la Violencia, coordinado por la División Salud Mental del Programa Integrado de Salud. Su referente, Carolina Salim, explicó que las estrategias del Plan de Salud tienden a disminuir la brecha existente entre las necesidades de atención de la población y la oferta actual de servicios en el ámbito público. “La finalidad es mejorar la respuesta de los efectores sanitarios a la problemática de la violencia”, enfatizó. Además, remarcó la importancia de mitigar los efectos que esto produce a nivel individual, familiar y comunitario. “Buscamos promover la articulación intersectorial para la prevención, abordaje integral e investigación de la problemática”, aseguró la licenciada.

La existencia e implementación del Programa representa un avance importante en la visualización y abordaje de los efectos de la violencia en el ámbito sanitario, desde una perspectiva integral e integrada, que prioriza la continuidad de cuidados. “A través de estos instrumentos prácticos y normativos, abordamos esta problemática desde diferentes disciplinas, en articulación con los otros sectores”, comentó Salim. En este sentido, se explayó: “Sostenemos que la causa de la violencia no puede pensarse desde una única causa, ya sea de carácter social, económico, psicológico, legal, cultural y biológico. Debe entenderse desde la multiplicidad de factores en constante relación, por lo que debemos pensar estrategias de respuestas basadas en un modelo de carácter integral”.

Con este lineamiento, desde el Programa se elaboraron Guías Clínicas de Atención integral denominadas ‘Diagnostico y Abordaje Integral desde el ámbito sanitario de la violencia hacia la mujer’, que aborda la problemática desde lo integral e intersectorial, contemplando aspectos psíquicos y físicos, tanto en la detección como en el tratamiento.

La prevalencia tan significativa de esta problemática constituye un serio problema de salud pública. Es un obstáculo oculto para el desarrollo socioeconómico y una violación flagrante de los derechos humanos. “En Argentina, en el 2014 fueron asesinadas 277 mujeres. Se calcula que cada 32 horas hay un femicidio”, detalló Salim, y continuó entregando números: “En 9 de cada 10 casos de violencia de género, el agresor es la pareja o ex pareja de la víctima. En los últimos 7 años, la violencia de género se cobró la vida de más de 1.800 mujeres”, contó.

El reconocimiento de la violencia como una problemática de salud pública es de reciente emergencia. En 1994 la Organización Panamericana de la Salud emitió una declaración en la cual determina la prioridad de la violencia contra la mujer, considerándola como una causa significativa de la morbilidad femenina y sosteniendo que debería ser considerada como un tema de salud pública.