35 años del Centro de Estimulación Temprana: Un puente entre salud, educación y familia

El Centro de Estimulación Temprana del efector, celebra más de tres décadas de trabajo interdisciplinario y compromiso con el desarrollo infantil. Profesionales de distintas áreas comparten sus vivencias, aprendizajes y emociones en una etapa marcada por la articulación entre ministerios, el crecimiento profesional y el acompañamiento constante a las familias.
El Centro de Estimulación Temprana (CET), con sede en el Hospital de Niños, cumple 35 años de trabajo ininterrumpido al servicio del desarrollo infantil. Fundado a partir de un convenio biministerial entre Salud y Educación. Se trata de un espacio pionero, que ha logrado consolidarse como una referencia regional, no sólo por su enfoque integral, sino también por el compromiso humano y profesional de su equipo.
Al respecto la coordinadora del CET, licenciada Adriana Jerez, rememora sobre los inicios del proyecto, diciendo: “Nacimos hace 35 años inspirados en un modelo cubano, y desde entonces, trabajamos con niños que presentan dificultades en su desarrollo o están en riesgo de padecerlas, y siempre en conjunto con sus familias”. Jerez también destaca la expansión del proyecto hacia otras localidades, como el reciente anexo de Tafí del Valle: “Hoy las familias del interior tienen acceso a este tipo de atención sin tener que recorrer largas distancias. Recibimos niños de toda la provincia y hasta de Catamarca o Santiago, porque somos el único centro de estimulación temprana que funciona dentro de un hospital y con esta modalidad interdisciplinaria”.
Cabe destacar que el equipo de profesionales del Centro de Estimulación Temprana, está integrado por profesionales de la salud y la educación: psicólogos, fonoaudiólogos, kinesiólogos, terapistas ocupacionales, pedagogos, trabajadores sociales y maestras especializadas en distintas áreas del desarrollo. La celebración, también fue la ocasión para rendir homenaje a dos pilares del equipo: Ana Sochi y María del Carmen Frasca.
Por su parte la licenciada en fonoaudiología, Ana Sochi, quien se despide del centro tras una larga trayectoria, expresó: “Estoy muy agradecida por todo lo que he aprendido de mis compañeras y por lo que pude brindar al equipo y a mis pacientes”. Al repasar sus años de servicio, destaca la evolución del centro y el valor de los vínculos construidos: “Compartimos nuestras familias, y nuestras vidas. El equipo es parte fundamental de nuestras carreras”.
Una visión similar comparte María del Carmen Frasca, trabajadora social con más de dos décadas en el CET. “Dejé mi vida acá, y lo hice feliz”, expresó. Además, dijo que considera que el trabajo social es una forma de vida que no se deja al salir del hospital, y agregó: “Acompañamos a las familias y aprendemos de ellas. Muchos llegan atravesando situaciones de violencia, abandono o carencias, y nuestro rol es contener, sostener y vincular”, Concluyó.
Finalmente, la supervisora de la Zona 1, de la modalidad de Educación Especial, Graciela García, en representación de la directora Viviana Nacir, subraya el trabajo conjunto entre ministerios, y añade: “Son 35 años de articulación entre salud y educación, que marcan la diferencia en la detección temprana de discapacidades y la atención integral de los niños. Siempre poniendo a la familia en el foco central”.
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