Dejan todo para cuidar las fronteras de la provincia
Agentes socio sanitarios trabajan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, junto a la Policía de Tucumán y a la Dirección de Control Fitosanitario para proteger a la población e impedir el ingreso de personas enfermas o con sospecha de Covid-19 a la provincia.
Días antes de que el gobierno nacional decretara el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, la Dirección General de Red de Servicios convocó a los trabajadores para llevar a cabo un control en pos de detectar febriles ante la llegada de pasajeros en autos, camiones y colectivos por los diferentes ingresos.
Entre algunos de ellos están: Peaje de Trancas; Cafayate ruta 40 – Salta; Santa María ruta 357 – Catamarca; Peaje Florida; Huacra ruta 40; Alpachiri ruta 65, entre otros.
La supervisora de agentes socio sanitarios del Área Programática Este, Adriana Vizcarra, explicó la dinámica de trabajo que están implementando y mencionó: “En los distintos puntos se reparte folletería informativa y se brinda recomendaciones. Además, se aborda a los viajeros que vienen en autos particulares y camiones para tomarles la temperatura y si alguno se encuentra con un estado febril o síntomas, son derivados al efector más cercano al lugar”.
“Se les toma todos los datos: nombre y apellido, de dónde viene y un número de referencia. Esto es para que, en el caso de no dirigirse al lugar para ser asistidos, el Siprosa haga un seguimiento y se comunique con la persona para realizar el aislamiento obligatorio”, afirmó la supervisora.
“Una vez que son derivados al centro sanitario, los agentes se comunican para avisar que van a recibir a un paciente con cuadro febril para ser atendido y asistido correspondientemente”, agregó.
Comentó también que, en algunos casos, los trabajadores realizan el acompañamiento de los pacientes para ser atendidos.
Con respecto al ingreso de colectivos, Vizcarra comentó que estos son derivados a la terminal de ómnibus donde el equipo del Ministerio de Salud Pública realiza los controles pertinentes a todo el contingente.
El supervisor del Área Operativa Leales, Guillermo Aguirre, contó que en un principio llegaron a atender aproximadamente, en el lapso de 12 horas, entre 80 a 100 camiones y misma cantidad de autos, teniendo en cuenta que cada vehículo trae dos o más pasajeros. Luego, a medida que se fueron cerrando los pasos, el número fue disminuyendo de a poco.
“Siempre hemos trabajado con un ritmo bastante movido para impedir el estancamiento del tránsito”, aseguró Aguirre.
El supervisor relató que son 12 personas las que están en esa frontera. La mayoría de ellos deja con mucho sacrificio sus familias, sobre todo las mamás que tienen bebés muy pequeños, para exponerse día a día a diferentes circunstancias, tanto climáticas como psicológicas.
“Sinceramente hemos pasado de todo; llantos, angustias y tristezas por algunos tratos poco cordiales de algunos vehículos. Nos han dicho que nuestra tarea los estorbaba, que era inútil, nos han filmado ridiculizando nuestra labor, entre otras situaciones incomodas que con el paso de los días hacen que estar aquí se haga cuesta arriba”, describió Guillermo.
“Pero por suerte tuvimos la fortuna de trabajar desde el comienzo junto a la policía y gente de Control Fitosanitario que nos han brindado apoyo, cuidado y protección a cada uno de nosotros ante estas situaciones. Además, tuvimos siempre el sostén de la Red de Servicios con apoyo psicológico ante situaciones de estrés de algunos compañeros”, cerró.
Testimonio en primera persona
Edgardo Moyano tiene 30 años, vive con su esposa, ambos son agentes socio sanitarios del Siprosa y todos los días cumplen su tarea de “ir a donde la gente los necesita”.
Él forma parte del equipo de la posta de Leales y contó que “estar en contacto con la llegada de extranjeros y pasajeros que podrían estar contagiados de coronavirus fue una de las cosas más fuertes que nos tocó vivir como trabajadores de la salud, pero sabemos que es nuestro trabajo y le ponemos lo mejor de nosotros”.
¨Todos los días me despido de mi esposa y le pido a Dios volver sano a mi casa. Sé que, si algo me llegara a pasar, pongo en riesgo la vida de mi familia y de la gente que me rodea”, afirmó Moyano.
Agregó que esto lo hacen por la gente, por ellos y por Tucumán. “Es nuestro granito de arena por el bien de todos. Siempre pienso que este esfuerzo es para que pronto estemos de nuevo juntos y, sobre todo, ruego que esto sea sólo una anécdota para contar a nuestros hijos y enseñarles que si todos ponemos de nuestra parte ayudando a los demás, siempre se puede salir adelante”.
Dentro de las actividades que realizan como agentes, Edgardo aseguró que están constantemente expuestos a situaciones límite como: colaborar en inundaciones, visitar zonas críticas de dengue, ahora vivir esta pandemia, y muchas otras situaciones donde tienen que estar dispuestos a ser llamados a cualquier hora que se los necesite.
Para finalizar, agradeció su trabajo y la posibilidad de coincidir y compartir algunas jornadas laborales con su pareja.