Novedoso dispositivo para mantener distanciamiento en la atención al público
Se trata de un proyecto llevado a cabo por la División de Informática del efector para colaborar con la seguridad de los trabajadores y pacientes en tiempos de pandemia.
El jefe de Informática del centro sanitario, ingeniero Gerardo Andrade, quien está a cargo del plan, comentó que encararon la iniciativa de manera particular, realizando primero una fase de investigación para ver cómo están trabajando en otras partes del mundo con dispositivos de distanciamiento social, para luego proponer un método que se ajuste a la realidad del lugar.
“Este proyecto nace por la necesidad de poder extender y cubrir más la seguridad en estos tiempos que vivimos. Cuando nos referimos a seguridad, hablamos de lo que solicita la Sociedad Argentina de Infectología con respecto a las pautas que hay que tener para minimizar el contagio del Covid-19”, manifestó.
El referente explicó que, “como sabemos, la distancia entre las personas reduce las probabilidades de contagio, por lo que vimos una oportunidad para colaborar a partir de nuestra formación de ingenieros. Además, nuestro espíritu inquieto nos hace que permanentemente estemos en la búsqueda de mejorar la calidad de atención a los pacientes en todo sentido en nuestro hospital”.
En cuanto al trabajo de investigación que realizaron previamente, el ingeniero dijo que encontraron diferentes métodos que se están usando en otros países, y decidieron darle una vuelta de rosca a lo observado, desarrollando un dispositivo adecuado para el lugar en el que trabajan. “Es así que nos pusimos a trabajar con Saúl que tiene formación en bioingeniería, quien se encargó del armado del aparato”.
“Una vez que lo probamos, pensamos que el propio entorno del efector podría colaborarnos con la prueba para poder pulir el proyecto, y así fue como, con la colaboración de la directora, doctora Olga Fernández, lo ubicamos en el sector de gestión pacientes, un lugar con mucho flujo de personas”, detalló el ingeniero.
“A partir de la prueba en el terreno, vimos que se formaba una barrera invisible entre el operador del hospital y el paciente, haciendo que de manera natural, al ponerse en color rojo el cartel y con una alarma que se activa ante la aproximación, la persona sin necesidad de que alguien le sugiera alejarse, lo hace por sí mismo”. Andrade explicó que esto les dio la respuesta de que el proyecto es efectivo y que funciona aún mejor de lo que esperaban.
El estudiante de ingeniería Saúl Mendoza, quien es parte del equipo, mencionó que les pareció una idea amigable el hecho de poder hacer respetar el distanciamiento social en un centro sanitario de tanta concurrencia como lo es el Padilla.
Para finalizar resaltó que se trata de una herramienta totalmente inclusiva, ya que la forma que tiene de llamar la atención es a través de una luz roja que se enciende y acompañado de una alarma sutil, de manera que tanto personas con disminución de la vista o con hipoacusia, puedan percibir el llamado de atención.