10 de diciembre: Día del Trabajador Social
Desde 2012 esta fecha conmemora la labor esencial que realizan los profesionales con las distintas familias y sus circunstancias de vida. Cómo se desempeñaron en plena pandemia para seguir cumpliendo con su tarea fundamental.
“En 2012, la Federación de Profesionales de Servicio Social estableció que sería el 10 de diciembre nuestro día porque coincide también con el Día Mundial de los Derechos Humanos y precisamente éstos son el eje central del proyecto ético-político del colectivo profesional que nos identifica. A partir de esta concepción el trabajador social interviene en la realidad social, en la vida cotidiana de los distintos sujetos, buscando garantizar precisamente estos derechos en su vida”, expresa la licenciada María Laura Tettananzi, personal de la Dirección de Servicio Social del Siprosa y quien se desempeña en la policlínica Pedro Solórzano dentro del equipo territorial de Salud Mental de Tafí Viejo.
De este modo, cuenta la profesional, los trabajadores sociales se insertan dentro del Sistema Provincial de Salud en sus distintos niveles.
Por un lado, en el nivel central, es decir dentro de la Dirección de Servicio Social ayudan y asisten a las personas que llegan allí con problemas de diversa índole. Por ejemplo: complicación para conseguir una medicación de alto costo o alguna practica que no se realiza en la parte pública, que la obra social que no lo esté cubriendo; pero también realizan desde aquí capacitaciones a los distintos trabajadores sanitarios y especialistas.
Luego en el tercer nivel de atención, cada hospital cuenta con un servicio social y mayormente se aboca a la cuestión de las prestaciones para cubrir a los pacientes internados o ambulatorios. También se trabaja en las guardias y distintos servicios. Se articula con Desarrollo Social ante un caso de abuso o violencia.
“En el primer nivel de atención es más un trabajo de territorio, donde tenemos en cuenta la particularidad de cada barrio o localidad, desde alta montaña, zonas rurales y zona centro. Aquí se hace un poco de todo, estamos en los BAF, realizamos contención y asistencia con los equipos de salud mental para los pacientes en aislamiento por COVID-19, promoción y prevención de salud, articulamos con las escuelas y otros ministerios”, detalla.
Y remarca: “Lo más importante que se planteó con la pandemia fue buscar la accesibilidad de las personas al Sistema de Salud. Buscamos que tengan la cobertura de salud, que no les falte la medicación, que tengan los insumos que necesitan. Se articuló con otros ministerios por el tema de alimento, o por abuso o maltrato. Tuvimos un rol bastante amplio de contención, de poder acompañar a esas familias con situación de COVID o no”.
Además durante estos meses, desde la Dirección de Emergencias del 107, una trabajadora social estuvo recibiendo las consultas por telemedicina para aquellos pacientes que no pudieron acercarse a un efector de salud.
Por último la referente, deja una frase de Eduardo Galeano para conmemorar la labor indispensable que realizan con sus colegas: “La energía creadora se desarrolla haciendo y haciendo juntos… Al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable”.
Poder demostrar que nuestras intervenciones enriquecen al equipo de salud, muchas veces se nos identifica con un agente sanitario pero es diferente nuestra labor, nos complementamos. La intervención en la vida cotidiana de esas familias. Trabajamos con los saberes de las personas con las que intervenimos, con sus maneras de ver la vida, tomamos eso y así ponemos en valor lo que ellos traen culturalmente, pero no para imponer sino para tratar de construir juntos.