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¿Qué es el Síndrome de Burn Out y cómo detectarlo?

El director general de Salud Mental y Adicciones, doctor Walter Rómulo Sigler, dio detalles acerca de los síntomas de alarma y cómo actuar ante el síndrome que presenta cada vez más casos en contextos de altas exigencias laborales y personales, característicos de la sociedad actual.

El síndrome de Burn Out o de “Cabeza Quemada” comprende un conjunto de signos y síntomas que se presentan cuando tiene lugar una prolongación sostenida de estados de estrés en la vida cotidiana. «El estrés forma parte de lo cotidiano, es como una especie de sal de la vida y cotidianamente nos estresamos para llegar en horario y con las metas de trabajo, o por el simple hecho de ver un partido, por ejemplo. Todo eso genera en el cuerpo una serie de reacciones químicas relacionadas con la ansiedad, que suelen manifestarse con grados de estrés tolerables», explicó el profesional.

Pero en aquellos casos en los que el estrés se torna muy prolongado, acentuado y la persona no lo reconoce o no puede dominarlo, se habla del cuadro que se manifiesta especialmente en el área laboral y es conocido como síndrome de Burn Out: «No solo se relaciona con la cantidad de horas de labor o la dedicación invertida en el trabajo, sino que hay un sustrato relacionado con la eficiencia de las emociones y las exigencias que muchas veces atraviesan a los vínculos personales», comentó.

Hay síntomas del Burn Out que son netamente somáticos relacionados a cómo el cuerpo se va manifestando a través, por ejemplo, de problemas gastrointestinales, con insomnio pre, inter o postdormicional, presencia de palpitaciones, sudoración palmar, taquicardia y un cambio en la interacción con los demás. «De repente de ser una persona sociable que mantiene buenos códigos de comunicación, se pasa a ser todo lo contrario, con poca tolerancia a la frustración, dificultades para vincularse con los demás y una marcada disminución del rendimiento laboral, entre otras características que pueden hablar de que una persona se encuentra frente a un cuadro de Burn Out».

Respecto al tratamiento del síndrome, Sigler destacó que el primer paso es reconocer los síntomas, algo que muchas veces no sucede por parte del sujeto sino que es detectado por los miembros de su familia o su círculo laboral, debido a los cambios bruscos de personalidad que acarrea. «Es fundamental concientizar a la persona acerca de la importancia de solicitar apoyo de salud mental si se lo requiere, para que se haga un debido diagnóstico y tratamiento psicológico a través de psicoterapia y en la mayoría de los casos un tratamiento psiquiátrico en pos de calmar la ansiedad del paciente para que pueda conciliar el sueño y asistir si hay síntomas depresivos», agregó.

En lo que apunta a los efectos y consecuencias de la pandemia, el directivo resaltó que 2020 llevó a que tenga lugar una mayor manifestación de síntomas neuróticos que tienen relación con trastornos de ansiedad. En ese sentido contó que tuvo lugar una acentuación de casos de pánico, fobias, trastornos obsesivos, de adaptación y también de estrés.

El estrés agudo puede tener lugar a causa del impacto de una mala noticia como la pérdida de un familiar querido, de un bien preciado o la noticia de ser portador de una enfermedad infecciosa como el Covid. El estrés postraumático se presenta en personas que vivieron un hecho traumático, como la pérdida de un empleo, ante el cual inicialmente no manifestaron síntomas, pero pasado un tiempo se presentan síntomas de ansiedad.

“El desgaste físico y emocional, ese estrés que acarrea el síndrome de Burn Out, sí se está viendo mucho más en personas en todos los ámbitos laborales”, afirmó Sigler al tiempo que hizo hincapié en que el Sistema Provincial de Salud cuenta con especialistas en salud mental en los tres niveles de atención-Caps con psicólogos y hospitales de segundo y tercer nivel donde hay psicólogos y psiquiatras-. Hospitales del Carmen, Obarrio y Padilla cuentan además con guardias de salud mental las 24 horas para cuadros agudos, que se presentan con falta de aire o sensación de muerte, entre otras manifestaciones que requieren de una urgente intervención.