El servicio de Kinesiología, un pilar esencial en el tratamiento de pacientes hematoncológicos
El hospital Néstor Kirchner cuenta con un equipo multidisciplinario para la asistencia de tales pacientes: médicos, enfermeros, bioquímicos, psicólogos, trabajan para mejorar la calidad de vida de dichas personas. Sin embargo, el resultado no sería el mismo sin la labor diaria de las kinesiólogas del efector.
“El paciente hematoncológico a diferencia de uno oncológico, necesita un cuidado más estricto, estar aislado. No tiene rutina de visitas y se brinda al paciente todo lo que necesita durante su intención. En el hospital trabajamos para mantener su parte respiratoria, muscular, para que no pierda fuerza, o por motivo de una cirugía. También los kinesiólogos del servicio nos encargamos de la asistencia del paciente ventilado”, relata Michely Yohana Minchola Segura, kinesióloga del equipo de Hemato-oncología de la institución.
Asimismo, cuenta, existe otro grupo de pacientes conformado por quienes reciben cuidados paliativos. Para ellos, los tratamientos están abocados a mantener las funciones vitales, acompañarlos para mejorar su calidad de vida mientras dure su estadía en el hospital.
“El paciente hematoncológico tiene todo lo que necesita en su habitación, no es necesario trasladarlo a ninguna parte. Por ejemplo, si necesita un respirador lo tiene, la habitación se transforma en una terapia de ser necesario”, explica.
Y agrega que, durante la pandemia continuaron con las mismas normas de trabajo: “En realidad para atender a estos pacientes en aislamiento, nosotros cumplimos con estrictas medidas de bioseguridad. Para cada paciente usamos los elementos de protección personal. En ese aspecto casi no hubo modificación porque ya trabajábamos de esa manera. Pero también tuvimos casos de pacientes con COVID-19 que fueron derivados a su casa hasta que se recuperaron. Luego regresaron para continuar su tratamiento de quimioterapia”.
Finalmente, sostiene que aparte de su servicio asistencial, hace un tiempo comenzaron a trabajar articuladamente con los cuidadores de los pacientes para acompañarlos en todo el proceso.
“En otros hospitales existe un horario de visita, aquí no. En este efector solo ingresa el paciente y su cuidador que puede ser un miembro de su familia o un amigo. El cuidador es quien está con el paciente. Consideramos que a ese cuidador había que educarlo un poco, proporcionarle información básica sobre la enfermedad de la persona, sobre la importancia de su rol, y eso nos llevó a armar un grupo que se llama “Cuidarse para cuidar”. La idea es proteger y acompañar al cuidador para que venga y cumpla su rol de la mejor manera posible. De este modo, repercute beneficiosamente sobre nuestro paciente y esta forma de cuidar puede llevarse incluso luego a los hogares”, cierra la profesional.