Cómo se adaptó el hospital para ser el centro de referencia de COVID-19 en Tucumán
Desde marzo del año pasado, la institución debió hacer un giro de 180 grados en su planificación y estructura para poder dar respuesta a los pacientes con coronavirus. Actualmente sigue desempeñando esta función principal aunque fue incorporando con el paso del tiempo otros servicios.
Consultada al respecto, la directora del hospital, doctora Liliana Gordillo, manifestó: “Desde el punto de vista edilicio como así también desde el recurso humano, tuvimos que readaptarnos. Debimos reorganizarnos y hacer una ingeniería en cuanto a la distribución del personal médico. Esto nos llevó a pensar en el personal de primera línea, sobre todo las especialidades clínicas. Luego, en una segunda etapa se fueron incorporando los médicos residentes de todas las especialidades y recibimos diferentes capacitaciones en cuanto a la patología. Desde el Ministerio se llevaron a cabo estas capacitaciones para personal de enfermería y medicina. También tuvimos que adaptar al personal auxiliar como agentes de traslado, personal de limpieza, de seguridad, de radiología, bioquímica”.
En cuanto a la parte edilicia, sostiene la autoridad, se trabajó con marcada diferencia en dos áreas: una zona COVID independiente de la zona No COVID. Era importante hacer esta modificación para que no existiese un cruce de personal o pacientes durante la pandemia, siguiendo así las recomendaciones de Infectología.
“Diseñamos dentro de la Guardia dos sectores: uno para el ingreso y detección de paciente con sospecha de COVID o diagnosticado, y el otro, para el paciente con COVID negativo o que no consultaba con sintomatología de coronavirus. Actualmente, seguimos siendo hospital de referencia de esta enfermedad. Si bien ahora los casos han disminuido, nosotros estamos en constante alerta por si se llegara a producir una segunda ola de contagio. Con mucha esperanza por el tema de la vacunación, tenemos un alto porcentaje de profesionales vacunados tanto del área COVID como No COVID”, sostuvo Gordillo.
Por su parte, el Gerente Administrativo del efector, contador Dante Maximiliano Daruich, detalló: “Lo primero que hicimos fue ver los preparativos a realizar, tomamos la experiencia de otros países como China y Europa, y vimos los problemas que se habían suscitado en esos lugares. Observamos la necesidad de contar con respiradores y monitores multi-paramétricos para las personas que lo necesitaban en un cuadro crítico de la enfermedad. Hicimos el mantenimiento de maquinaria y equipos en nuestra sala de máquinas. Conseguimos una nueva bomba de vacío”.
En el medio fueron surgiendo complicaciones como escasez e incremento de consumo en artículos de limpieza; falta de los elementos de laboratorio para la realización de las determinaciones de las pruebas de COVID.
Sin embargo, ante estas situaciones, se rearmaron y buscaron soluciones.
“Generamos nuestra propia producción de barbijos y camisolines, aparecieron nuevos proveedores locales, realizamos capacitación con todo el equipo de Compras. Inauguramos los consultorios febriles, se crearon en la nueva obra de Guardia del hospital. Ahora tenemos tres consultorios médicos, un triage, enfermería, un laboratorio. Llegamos a recibir hasta casi 350 consultas diarias y hacer un promedio de 4500 hisopados mensuales entre test rápido y PCR”, expuso el gerente.
Posteriormente se crearon los pisos de internación COVID. El edificio de clínicas fue separado y reacondicionado para atender a pacientes con esta patología; se abrió la planta baja, primer, segundo y tercer piso. De este modo se habilitaron 52 respiradores y 108 camas no críticas. Además, se hizo la instalación del tanque criogénico de Oxígeno con capacidad de 11 mil litros que trabaja a 196 grados bajo cero; importantísimo recurso para el funcionamiento del hospital.
“En este momento tenemos 14 enfermos COVID no críticos y 9 críticos. Desde el 15 de diciembre pasado, disminuyó la ocupación considerablemente. Y estamos preparados para seguir trabajando por nuestra comunidad”, cerró.