17 de noviembre: Día Mundial del Cáncer de Próstata
En el mes de concientización sobre el cáncer de próstata es importante conocer acerca de esta enfermedad, atendiendo a que el riesgo de padecerla aumenta con la edad, especialmente después de los 50 años.
La enfermedad tiene como factor principal la aparición de células malignas o cancerosas en los tejidos de la próstata. Sin embargo, no existen síntomas, hasta tanto se encuentra en estado avanzado.
Este cáncer habitualmente en sus inicios es totalmente asintomático, es decir que no cursa con ningún tipo de síntomas al comienzo de la enfermedad y cuando aparecen ya se encuentra avanzado, por esto una de las formas de detectarlo precozmente es a través de un análisis de sangre llamado PSA (Prostate-Specific Antigen).
El PSA es una sustancia química que es producida por la próstata y se vuelca a la sangre con un rango de valores normales que se elevan cuando algo anormal pasa, no solo cáncer, sino que puede ser indicador de inflamaciones o agrandamientos benignos. En el caso del cáncer de próstata la elevación del PSA es progresiva y sin descenso.
Este dosaje permite a los especialistas determinar la afección y por ello a, nivel internacional, se recomienda que todos los pacientes mayores de 50 años sin antecedentes de cáncer de próstata en la familia y aquellos con antecedentes de la patología a partir de los 45 años, comiencen a dosar sus valores de PSA anualmente.
Si los profesionales encontrasen alguna elevación anormal en la prueba de PSA, deben indicar estudios más profundos y, en caso de arribar a un diagnóstico de cáncer de próstata, lo primero que se realizan son estudios para establecer una estadificación que permita conocer si el cáncer sólo se encuentra en el órgano o si está en otras partes del cuerpo, lo que se conoce como una metástasis.
El cáncer de próstata uno de los sitios más frecuentes de metástasis es en los huesos, por ello, se realizan tomografías de cuerpo entero- tórax, abdomen y pelvis- y un estudio en huesos que se llama gammagrafía ósea total, para determinar si el tumor está localizado solamente en la próstata o si se encuentra en el resto del cuerpo.
Si el cáncer se encuentra localizado se trabaja en la provincia con dos alternativas: una cirugía denominada prostatectomía radical que implica la extracción completa de la glándula, o la radioterapia del órgano. Ambas con un índice de éxito muy similar.
Signos de alarma:
– Dificultad para orinar, flujo urinario lento o debilitado.
– Necesidad de orinar con más frecuencia, especialmente de noche.
– Sangre en la orina o el semen.
– Dificultad para lograr una erección.
– Dolor en las caderas, espaldas, tórax u otras áreas.
– Debilidad, adormecimiento de las piernas.
– Pérdida de control de la vejiga o de los intestinos.
Factores de riesgo:
– Tener más de 50 años.
– Antecedentes familiares: la posibilidad de desarrollar cáncer de próstata es de 2 a 3 veces más.
– Tener sobrepreso.