Cómo reconocer un cuadro de “coma diabético” y qué hacer al respecto
La referente del Programa de Diabetes, Cristina du Plessis, explica de qué se trata este cuadro de gravedad, a quiénes afecta normalmente y advierte cómo actuar en ese momento. La importancia de una buena adherencia al tratamiento.
“Lo que vulgarmente se conoce como ´coma diabético´ es el estado hiperosmolar no cetósico que es un cuadro de gravedad y aparece generalmente en personas con diabetes tipo 2. Se caracteriza por los valores muy elevados de glucemia, acompañado de un estado de deshidratación, a tal punto que lleva a la pérdida progresiva del estado de conciencia, incluso al coma. Por ello se lo conoce como coma diabético”, apunta la referente del Sistema Provincial de Salud.
En estos casos se destaca el aumento importante de la glucemia en sangre y el sodio por el gran estado de deshidratación. Estos dos elementos son fundamentales para elevar la osmolaridad plasmática, se produce una deshidratación progresiva de las células; entre ellas las neuronas y esa es la causa del deterioro progresivo del estado de la conciencia, expone la endocrinóloga.
“Es un cuadro que se desencadena generalmente por alguna infección, se da en adultos mayores normalmente, y no suelen producir muchos síntomas. Por ejemplo, una neumonía o una infección urinaria; pero también puede ser desencadenante por uso de algunos medicamentos como corticoides o directamente por la suspensión del tratamiento”, sostiene.
Entonces se va produciendo una pérdida muy grande de orina por la hiperglucemia, la cual no es compensada por una mayor ingesta de líquidos, y eso va produciendo la deshidratación progresiva. Es decir que si la persona conservara la capacidad de beber líquidos, de hidratarse, este estado hiperosmolar no se produciría. Por ello es más frecuente en las personas añosas que pierden la capacidad de beber líquidos.
“Los síntomas que se presentan van desde una deshidratación extrema, ojos hundidos, pliegues en la piel y la lengua en un estado de sequedad tremendo; en algunas oportunidades fiebre. Es un cuadro que requiere internación, que el tratamiento fundamentalmente es la hidratación como primera medida, la corrección de la glucemia con insulina, y buscar el elemento desencadenante”, destaca.
Y añade: “Debemos hacer el cultivo de orina, radiografía de tórax, buscar el motivo. Desgraciadamente también puede asociarse a un ACV, entonces el cuadro se hace más complejo. Lo ideal es que los pacientes controlen la glucemia en sangre periódicamente. Es muy importante que si la persona viene comportándose estable en su glucemia y de repente empieza con niveles muy altos de glucosa, inmediatamente hay que orientarnos a buscar qué está pasando. Y siempre, continuar con la medicación”.