El hospital Avellaneda celebra el 8° aniversario de su Casa de Madres
El hogar que funciona en el efector desde 2015, tiene por misión alojar a mamás que tienen internados allí a sus bebés, darles contención, ser guía en el duro momento que atraviesan. Cómo trabaja actualmente.
“La Casa de Madres comenzó a funcionar en el 2015. Tenemos alojamiento para 32 mamás. Actualmente tenemos alojadas seis mamás, cuatro internadas y dos ambulatorias. El objetivo de la Casa es fortalecer el vínculo entre la mamá y el bebé”, dice al respecto la jefa del departamento de Enfermería del hospital Nicolás Avellaneda, licenciada Griselda Rapetti.
Las mamás que se quedan en la institución suelen ser las que nacen sus bebés allí y por alguna situación deben quedar internados. Ante esta realidad, las mujeres reciben contención psicológica de parte del personal, hacen talleres y realizan allí mismo las cuatro comidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena). Las mamás ambulatorias suelen irse después de la cena.
“En 2015 cuando el hospital iba a certificar como Amigo de la Mamá y el Niño, una de las condiciones para certificar era contar con el Hogar de Madres. Y es ahí que nace nuestro hogar. Realmente es algo tan maravilloso porque las mamás pueden estar cerca de sus bebés, pueden ir a verlos las veces que requieran, acompañarlos y se las educa muchísimo, sobre todo en lactancia materna que es lo primordial cuando nace el niño”, argumenta la profesional.
En este contexto, esta semana se realizan varias actividades de capacitación. Las mismas están a cargo de los licenciados en Enfermería que son del Comité de Lactancia. Entre los talleres propuestos se abordan temas como: RCP, charlas sobre lactancia materna, fortalecimiento de la mamá donde interviene la unidad de Salud Mental.
“Las mamás están muy agradecidas porque aparte de toda la contención que reciben, hay personal de Enfermería las 24 horas que las acompañan, guían y asisten si necesitan”, sostuvo.
Cómo se vive desde adentro
María Bustamante, mamá de la Casa de Madres cuenta: “Mi bebé ingresó el domingo por dos paros cardiorrespiratorios, está evolucionando bien gracias a Dios. Me recibieron aquí y estoy muy agradecida porque es excelente el trato que nos dieron. Vivo muy lejos e iba a ser imposible para mí viajar o estar tanto tiempo. Comienzo mi día temprano, desayuno, leo un poco porque hay una biblioteca, y espero que sean las 11 horas para poder ver a mi bebé. Después sigue el almuerzo, hago un rato la siesta. A la tarde hacemos algunas actividades con las chicas, ahora estamos preparando unos banderines. Esperando que pase el tiempo para tener noticias de la bebé y poder volver a casa”.
Luego añadió: “Acá se me pasa rápido el tiempo, si estuviera en un pasillo durmiendo se me complicaría o tendría que volver a casa. Realmente no me iría, me quedaría a dormir afuera porque no podría estar lejos de mi bebé. Aquí me siento bastante contenida, son muy buenas las enfermeras y tenemos un grupo de psicólogas que nos están apoyando. A pesar del estado de angustia que tenía, me siento muy bien, estoy eternamente agradecida”.
Por su parte, Mabel Frías, también mamá del hogar expresó: “El domingo a la madrugada llegué, mi hijo tiene bronquiolitis. Gracias a Dios lo traje a tiempo, lo están medicando y ayudando un montón. Cuando llegué no sabía que existía esta Casa de Madres, el doctor que lo atendió a mi hijo me preguntó si tenía dónde ir y le dije que soy de muy lejos, de 7 de Abril, tengo tres o cuatro horas en colectivo para allá. Entonces el médico me explicó de qué se trata, me hice el hisopado y vine a la casa. Las enfermeras me recibieron muy bien. Lo bueno es que puedo estar al lado de mi hijo, poder verlo porque siendo de tan lejos a veces no tenemos cómo, somos una familia humilde. Es una gran ayuda que me dieron, con buena atención, estoy muy agradecida con todos”.