Una profesión que se moldea con los años y que dedican su vida por los demás
Ella está sentada dejando ver su sabiduría. Su rostro deja ver con timidez esos 30 años que ejerce como enfermera. Habla despacio, claro, sencillo. Y el Día del Enfermero la encontró en su lugar de trabajo. Hoy ocupa la jefatura del Departamento de Enfermería del Hospital Centro de Salud Zenón Santillán y hace una pausa en su labor diaria para hablar de su vida. Victoria Elena Mañis cuenta que cuando comenzó a estudiar Enfermería lo hizo porque “la vi una carrera corta. Venía de una familia humilde, quería superarme y había que salir rápido a conseguir trabajo”, indicó. Pero con el correr de los años descubrió que era su profesión.
Mañis asegura que la “vocación hace que uno sea así y poder darse a los demás”. Además reflexiona que la experiencia la fue moldeando con el correr del tiempo y ante la fama del fuerte carácter de las enfermeras ensaya una defensa. “Hay muchos pensamientos de que somos malas, pero por el contrario, somos muy sensibles”, asegura.
La relación con el paciente guarda secretos pero Mañis asegura que “a todos se los trata por igual”. De todos modos, remarcó que donde más hay que contener es a la familia del enfermo. “A veces sufre más que el propio paciente”, señaló.
Luego agrega que también hacen de psicólogas y de madres. “Trabajé con chicos con leucemia y fue una experiencia muy fuerte”, recordó.
Hoy el Centro de Salud tiene un plantel de 400 enfermeros y para una atención de mayor calidad se necesitan unos 160 más, según calcula la mujer.
Por último, Mañis se quejó porque ahora los estudiantes de Enfermería (no todos) siguen esa carrera por necesidad laboral y no por vocación. Además les dejó un mensaje. “Que trabajen a conciencia, se capaciten y sean humanitarios”.