Inicio » Noticias » “Ayudar es lo que llena mi alma”

“Ayudar es lo que llena mi alma”

Son las palabras de Noelia Avalos Marino, agente sociosanitaria del Caps San Martin. Hace 5 años cuando inició el cursado de la tecnicatura no sabía que esta profesión se convertiría en un motor de vida, con la premisa constante de aportar su granito de arena a la vida de las personas de la zona que más lo necesitan. Esta es su historia.

Noelia trabaja en el Caps desde inicios de este año y se emociona al ver cuánto cambia de la teoría a la práctica el ejercer su rol de agente sociosanitaria: “Nosotros somos como el primer nexo que tiene la población con el servicio de salud. Nuestra principal tarea es captar a la comunidad, por ejemplo, para las entregas de turnos o las embarazadas y niños que les faltan vacunas para que sus esquemas estén completos, pero también nos ocupamos de las cuestiones sociales y de captar y ayudar en el seguimiento de los pacientes con enfermedades crónicas; es decir que la tarea de los agentes sociosanitarios es una de las más importantes en atención primaria de la salud”.

Uno de los aspectos que más destaca la joven dentro de la labor cotidiana es la capacidad que se requiere para trabajar con la emergencia, con lo urgente que surge día a día en el camino: “Muchas veces tenemos que dejar de lado la agenda que vamos programando con anticipación, porque siempre surge algo que exige de nosotros la flexibilidad de poder cambiar los planes, de priorizar la urgencia y lo que es más necesario atender en ese momento. Nosotros somos tres agentes en el turno de la mañana –Nelly Crippa, Juan Corrales y yo- y en el turno tarde se encuentra la agente Gladys Leguizamón, pero ante la realidad que atravesamos nunca se siente suficiente el número de agentes, tenemos ocho barrios y quisiéramos poder atender a todos, siempre hace falta más”.

Entre los barrios de responsabilidad que circundan al Caps, se encuentran el Barrio San Francisco que se conforma por 37 manzanas y la Villa Cabildo, una zona de extrema vulnerabilidad, en estos contextos los agentes censan periódicamente e intentan a través de la elaboración de las fichas familiares conocer a toda la población que requiere de sus servicios.

“Es muy difícil, pero lo hacemos con muchas ganas, acá cerquita tenemos la Villa Cabildo y te impacta el hecho de que vos ves una realidad en la avenida y a pocos metros la gente vive con muchas necesidades diferentes a las propias, la realidad impacta, cuando yo empecé a trabajar tenía una idea en mi cabeza y al entrar en terreno es totalmente diferente, es inimaginable en muchos casos y eso te moviliza para intentar por todas las vías posibles ayudar a esas personas desde nuestro lugar, pero siempre nos quedamos con la sensación de que es poco, de que hace falta más”, contó Noelia, al tiempo que destacó la gestión del director del Caps, licenciado Luis Alberto Romano, que permanentemente insta a su personal a estar lo más atentos y disponibles posible para lo que la comunidad necesite.

En este sentido Noelia destaca mucho el rol de la escucha en situaciones difíciles, de visitar a las familias para que puedan sentirse contenidos, no solo desde el aporte sanitario o social, sino humano, lo cual es una de las claves del llamado de quienes eligen ser agentes sociosanitarios: “A mí siempre me gustó la medicina, pero por una u otra cosa de la vida no pude estudiar esa carrera, estudié turismo y cuando mi hijo ya estaba más grandecito, seguía sintiendo el deseo de estudiar algo más y sentí que podía hacerlo, entonces me propusieron la tecnicatura para agente sociosanitario en ATSA, yo no tenía idea hasta hace cinco años atrás de lo que era ser agente, pero me contaron acerca del trabajo social que hacía la gente que se dedicaba a esto y eso me impactó, entonces decidí arrancar”.

La agente, que vive con su marido y su hijo Nazareno, repite una y otra vez en su relato que hasta que no trabajas en terreno, no podés llegar a darte cuenta de los alcances reales que implica y tiene la profesión en la vida de las personas y en tu día a día familiar: “Más que una profesión es una vocación. A mí particularmente me encanta mi trabajo y lo hago de corazón, te llena el alma poder hacer esto, con una sola persona que se vaya contento con lo que hiciste, con que ya lo veas más aliviado y que pudiste ayudarlo, es suficiente. Ojalá podamos ayudar a todos”.

“Mi esposo y mi hijo al principio no tomaban dimensión de lo que significaba mi profesión. Al principio me costaba bastante volver a casa bien, lloraba y decidía todos los días sobreponerme a eso y seguir, muchas veces me dijeron ¨Si te hace mal, no sigas¨, pero iba más allá del malestar, era comenzar a conocer otras realidades diferentes a la nuestra y eso a la vez te ayuda a valorar las cosas desde otro lado, a sentirte agradecida y afortunada con lo que tenés, porque hay otros que verdaderamente no tienen nada o que sufren enfermedades. Mi familia ahora ve y entiende que estoy haciendo lo que me gusta, entonces me apoyan siempre”, cuenta Noelia resaltando esa fundamental red de contención para enfrentar la calle cada mañana.

Ayudar, define la agente, te llena el alma, te hace sentir útil y sobre todo permite creer en la capacidad que tenemos los seres humanos de, con simples herramientas, intervenir en la realidad para mejorarla de a poco: “Si con lo poquito que puedo hacer ya ayudé a una persona, me siento con el alma feliz y si a la vez esa persona sigue su curso desde el acceso a la atención primaria y toma contacto con otros niveles para intentar resolver lo que lo aqueja, sirve, te llena el alma, es lindo; al final del día quedo un poco más conforme de que ese ser mejoró aunque sea un poquito su calidad de vida y de que pude ayudar algo en el proceso”, finalizó con esperanza.

Galería de fotos: