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Día Mundial de la Fibrosis Quística

La Asociación Internacional de Fibrosis Quística en concordancia con la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretaron que cada 8 de septiembre se conmemoraría su día mundial para concientizar e informar a la población sobre las consecuencias que genera la afección y las vías para arribar a un diagnóstico oportuno.

Sobre esto, el doctor Marcos Horacio Marcelo, neumonólogo del hospital de Eva Perón, contó: “La fibrosis quística es una enfermedad hereditaria, que causa una alteración importante en nuestro organismo, principalmente a nivel de vías respiratorias, también puede producir otras alteraciones como la función del páncreas”.

“Tenemos que conocer de la fibrosis quística es una enfermedad que se puede detectar en forma temprana mediante un screennig neonatal a todos los recién nacidos. Dentro de las seis enfermedades metabólicas que se detectan como una pesquisa, tenemos una sustancia llamada tripsina que es un marcador y cuando está alterado, tiene un valor diferente, es por eso que nosotros pedimos una nueva muestra, posteriormente a ese paciente se lo deriva a nuevo estudio que se llama test del sudor ya que se produce una alteración de nuestro sudor, para analizar la cantidad de sodio y de cloro alterado”, detalló.

Asimismo, el profesional afirmó que la detección temprano de esta enfermedad es la que nos permite abordarla y prevenir las complicaciones, porque al producirse una serie de alteraciones en nuestro organismo lleva a manifestaciones de un nivel pulmonar muy importantes.

Sus síntomas incluyen por lo general tos persistente, mucosidad espesa, infecciones pulmonares repetitivas, silbido al respirar, decaimiento, fatiga, congestión nasal, estreñimiento, imposibilidad de subir de peso y heces grasas.

La fibrosis quística era considerada una afección que con el paso de los años tendía a empeorar, y por ello se relacionaba con una expectativa de vida abreviada, pero en la actualidad se comprobó que de la mano de un diagnóstico temprano y oportuno la calidad de vida de los pacientes que la padecen mejora considerablemente.

El tratamiento, que permite aliviar los síntomas y reducir las complicaciones del cuadro, es un abordaje multidisciplinario que encabeza el pediatra, junto a un equipo conformado por nutricionista, kinesiólogo y referentes de las áreas social y psicológica para brindar contención además a la familia del paciente.