Cirugía inédita de una paciente embarazada en el Hospital Padilla
Mejorar la calidad de vida de las personas es uno de los ejes principales del Ministerio de Salud que dirige el doctor Luis Medina Ruiz. Y en esa búsqueda fue que se le realizó esta cirugía a Marina, de 26 años, quien fue intervenida de urgencia con 20 semanas de gestación para evitar el avance de su déficit visual y su ceguera.
El titular de la cartera sanitaria dijo que el soporte de los clínicos endócrinos, y en este caso ginecólogos, fue sumamente necesario para una evolución favorable, en una intervención sin precedentes. Al respecto, el jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Padilla, doctor Álvaro Campero, comentó: “Se trata de una paciente que consulta con un déficit severísimo de la visión, de un ojo prácticamente ciego y del otro casi sin ver, con un diagnóstico de tumor hipofisario, un adenoma hipofisario, que, en el contexto de su embarazo, probablemente creció y generó el déficit visual. Obviamente uno como cirujano, es muy cauto de indicar un procedimiento en una paciente embarazada, pero en este caso, era la única opción ya que sin el procedimiento seguramente quedaba ciega”.
“La cirugía requirió toda una cuestión de logística muy importante con la gente de anestesia, de terapia intensiva, el equipo de ginecología y obstetricia, para hacer un procedimiento lo más seguro posible. Fue un abordaje endoscópico a través de la nariz, para resecar el tumor y disminuir la presión sobre la vía visual. Eso lo realizamos el día lunes y la paciente evolucionó muy bien, empezó a mejorar la visión luego de la cirugía, con buena vitalidad del bebé”, relató.
En tanto, el especialista preciso: “Sigue en el hospital Padilla por control post operatorio y probablemente en estos días, la derivemos a la Maternidad para que sea evaluada desde el punto de vista obstétrico. Seguramente, continuará con su embarazo en forma ambulatoria y nosotros haremos los controles necesarios desde neurocirugía».
Para el desarrollo de una intervención de estas características, señaló el doctor Campero, se requiere una complejidad y un trabajo multidisciplinario, porque más allá de la costumbre que tenemos con la gente de terapia intensiva, de anestesia y endocrinología, se agrega un factor extra, que obviamente es muy importante, el embarazo. Entonces, se suma el servicio de obstetricia que, de alguna manera, controla en el pre operatorio, en el intra operatorio y en el post operatorio en relación con el bebé.
Por su parte, Liezel Ulloque Caamaño jefe de la residencia de neurocirugía relató: “Con mis compañeros, Ricardo Ruba, Bolívar, residente de cuarto año del servicio y Cristian Villagra Bertín, residente de tercer año de neurocirugía, participamos en todo el proceso desde que ingresó la paciente al efector. Es la primera paciente embarazada, se ha trabajado con otras pacientes a término, pero que han terminado la gestación antes de la cirugía”.
En este caso, agregó, pudimos con ayuda de todas las especialidades, de anestesia, de ginecología, de los terapistas, poder organizar esta cirugía y que la paciente estuviera en buenas condiciones, tanto ella como el bebé para poder realizar la intervención en forma segura. Fue una experiencia muy buena para nosotros, porque al ser la primera, nos da la esa pauta de que en nuestra formación hemos tenido esta experiencia, por si en un futuro tenemos un caso de iguales características.
Finalmente, insistió: “Los residentes han tenido un papel fundamental, porque son los primeros que reciben a la paciente, interrogan, obviamente después lo discuten con los jefes, se toman decisiones. Siempre están al lado de la persona, de los familiares, haciéndole los pre quirúrgicos, tratando de resolver todas las solicitudes necesarias de cada uno de los servicios, para que se pueda llevar de buena forma y exitosamente el procedimiento».
Cabe destacar, que participaron del procedimiento además, del servicio de ginecología la doctora Adriana Álvarez, de la unidad de patología Glandular las doctoras Mariela Luna y Nicole Lemaitre y la doctora Lorena Vanesa Tarascio y el equipo de la Unidad de Cuidados Intensivos I del Hospital Padilla.