Aguilares inaugurará la internación para mujeres con consumos problemáticos
El Centro de Rehabilitación Integral de las Adicciones (CETRIA) en Aguilares se prepara para ampliar su capacidad de atención con la próxima inauguración de un sector de internación destinado a mujeres con consumo problemático de sustancias. Esta iniciativa que sigue indicaciones del ministro de Salud Pública de Tucumán, doctor Luis Medina Ruiz, representa un avance significativo en la asistencia y contención de quienes más lo necesitan.
Desde el Ministerio de Salud Pública, siguiendo los lineamientos del gobernador Osvaldo Jaldo y del ministro Luis Medina Ruiz, se continúa impulsando estrategias que garanticen el acceso a tratamientos de rehabilitación para personas con consumo problemático, fortaleciendo la salud pública con una mirada integral y de contención.
El secretario ejecutivo médico del SIPROSA, doctor Daniel Amado, visitó el centro junto con su equipo y destacó la importancia de fortalecer la red de atención a las adicciones en la provincia. “Actualmente, el CETRIA funciona como hospital de día con pacientes de ambos sexos, pero en breve comenzaremos con la internación de mujeres, algo que venimos necesitando con urgencia”, explicó.
Por su parte, el director del CETRIA, licenciado Marcelo Morales, subrayó el impacto de este nuevo servicio. “Esta es una problemática que atraviesa a toda la sociedad, sin distinción de género, edad o condición social. La internación para mujeres será un gran paso para brindar una atención más integral”, señaló.
El centro recibe a pacientes a través de distintas vías, ya sea por derivación del sistema de salud, del ámbito judicial o por decisión propia y de sus familias. Una vez ingresados, los pacientes acceden a un tratamiento integral que incluye asistencia psicológica y psiquiátrica, además de diversas actividades terapéuticas y talleres productivos..
En ese sentido, la psicóloga del CETRIA, Ximena Schiappacasse, resaltó la importancia de los talleres como parte del proceso de recuperación. “Tenemos un espacio de huerta, donde los pacientes se conectan con la tierra y su historia. A través del trabajo colectivo, no solo fortalecen su tratamiento, sino que adquieren herramientas para su futuro, como en el taller de cocina, donde aprenden a hacer mermeladas, panificados y otros productos, también hay propuestas artísticas y literarias”, detalló.
