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Una vida salvada, muchas manos detrás: el poder del sistema público en Tucumán

El 13 de abril comenzó como un día cualquiera, pero terminó siendo el punto de inflexión en la vida de una docente tucumana que sufrió un paro cardiorrespiratorio en su hogar. Gracias a la rápida activación del sistema público de emergencias y al accionar coordinado de médicos, enfermeros y especialistas del Hospital Ángel C. Padilla, hoy la paciente se encuentra lúcida y en plena recuperación. Su historia es una muestra concreta de cómo el sistema de salud público, cuando funciona con eficiencia y humanidad, puede salvar vidas.

“Llegó intubada, tras haber sido reanimada por una enfermera del 107. Estaba en paro. La recibieron, le hicieron una coronariografía, detectaron dos arterias obstruidas y se le colocaron dos stents. Estuvo en estado crítico, y hoy está lúcida, comunicándose por escrito. Nos llena de orgullo”, relató el ministro de Salud Pública, doctor Luis Medina Ruiz, durante una emotiva visita a la Unidad Coronaria del nosocomio.

La enfermera Lucía Vélez, parte del equipo de cuidados intensivos, reconstruyó el caso con precisión y sensibilidad: “La paciente ingresó tras una muerte súbita. Fue asistida por el 107, intubada y trasladada de inmediato. Ingresó directamente al servicio de Hemodinamia donde se le colocaron los stents. Luego pasó a la Unidad Coronaria. Tuvo complicaciones, pero recibió acompañamiento clínico, anímico y espiritual. Su hijo incluso vino con su guitarra y le cantó. Fue un momento muy humano”.

El doctor Walter Quiroz, del servicio neurocardiovascular del hospital, detalló la magnitud de la estructura que respaldó esta atención: “Contamos con cirugía cardiovascular, hemodinamia, electrofisiología y una red de infarto. El equipo multidisciplinario evalúa cada caso diariamente. Tenemos capacidad para ocho pacientes críticos, y trabajamos con disponibilidad para emergencias”.

Esta experiencia, que pudo haber terminado en tragedia, se transformó en un relato de esperanza gracias a un sistema que respondió con rapidez, coordinación y calidad. Desde la operadora del 107 que atendió el llamado, pasando por la enfermera que ejecutó maniobras de RCP en el domicilio, hasta el cuerpo médico y de enfermería que acompañó cada minuto de internación, la salud pública tucumana demostró su eficacia y su vocación de servicio.

“Esto es posible por la decisión política de invertir en salud. El gobernador Osvaldo Jaldo nos pide estar cerca de la gente, pero con tecnología de punta y profesionales capacitados. Eso es lo que tenemos, y lo que estamos mostrando hoy”, subrayó Medina Ruiz.

La docente, que aún se comunica por medio de la escritura debido a una traqueotomía, es el testimonio vivo de un sistema que no se rinde. Una historia entre miles, pero que representa lo mejor de la salud pública: compromiso, humanidad y capacidad técnica al servicio de la vida.