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La Dermatitis Atópica es un desafío cutáneo que requiere de un cuidado especializado

La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel hereditaria, se presenta por lo general en niños y su tratamiento debe ser supervisado por un dermatólogo para prevenir complicaciones.

Sobre esto, la doctora Silvia Molina, Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Avellaneda explicó que la dermatitis atópica es una afección cutánea que a menudo se hereda, afecta principalmente a los niños. La piel atópica es seca, inflamada y con frecuencia tiene una barrera cutánea debilitada, lo que la hace vulnerable.

“Se cree que la enfermedad se debe a una predisposición genética ya que los pacientes con esta afección a menudo tienen un sistema inmunológico muy reactivo y son propensos a otras enfermedades alérgicas como el asma o la rinitis alérgica”, aseveró.

Siguiendo esta línea, la profesional destacó que la piel normal produce una capa protectora de grasa, a diferencia de la atópica que no lo hace, dejándola seca y susceptible a irritaciones. El contacto con alérgenos ambientales puede desencadenar síntomas como picazón, inflamación y lesiones cutáneas.

“La dermatitis atópica puede manifestarse en diferentes etapas de la vida, incluso en recién nacidos, donde se presenta como costra láctea o parches de piel seca en mejillas y pliegues. En la infancia y la edad adulta, se caracteriza por el eccema. El síntoma principal y más molesto es la comezón intensa, que interrumpe el sueño y afecta la calidad de vida del paciente”, resaltó.

Asimismo, la especialista, explicó que es crucial diagnosticar correctamente la enfermedad para poder aplicar un tratamiento específico y no automedicarse.

“La dermatitis atópica crea un círculo vicioso de inflamación, picazón y rascado. Para romperlo, se debe priorizar una rutina de cuidado de la piel y un tratamiento adecuado, haciendo hincapié en una higiene suave, usando limpiadores sin jabón como los syndet (un detergente sintético que limpia la piel sin alterar su pH natural), y champús para piel sensible; los baños deben ser cortos, con agua tibia y el secado debe realizarse con toallas de algodón sin frotar”, enfatizó Molina.

Finalmente, la jefa destacó la importancia de la hidratación, la cual se debe realizar después del baño, con una crema humectante que ayude a restaurar la función de barrera de la piel. Las cremas con corticoides deben ser recetadas y supervisadas por un especialista para evitar efectos secundarios como el adelgazamiento de la piel.

“El cuidado diario y constante de la piel es clave para mantener la barrera cutánea y restaurar las bacterias beneficiosas que se pueden perder con lavados excesivos. El tratamiento de la dermatitis atópica, ya sea leve, moderada o grave, siempre debe estar en manos de un dermatólogo”, cerró.

Desde el Hospital Avellaneda, y en el marco de las políticas impulsadas por el Ministerio de Salud Pública, a cargo del doctor Luis Medina Ruiz, se continúa trabajando con compromiso y profesionalismo para garantizar el acceso a diagnósticos tempranos, tratamientos efectivos y un acompañamiento a toda la población.