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“Los pacientes con epilepsia pueden llevar una vida normal si reciben el tratamiento adecuado”

La epilepsia es una condición cerebral crónica, caracterizada por convulsiones a repetición, que puede aparecer en cualquier momento de la vida. El 70% puede tener una vida plena con el tratamiento adecuado.

En el marco del Mes de la Concientización sobre la Epilepsia, la doctora Andrea Arcos, neurocirujana del Hospital Centro de Salud Zenón Santillán, brindó información clave sobre esta enfermedad neurológica y remarcó la importancia de la educación social para eliminar estigmas y apoyar la inclusión de las personas que la padecen.

“Lo más importante es entender que un paciente con epilepsia puede llevar una vida normal. Con los avances actuales en medicación y cirugía, la mayoría de los casos pueden controlarse perfectamente”, explicó.

Arcos señaló que aún persisten prejuicios que limitan la participación plena de las personas con epilepsia: “A veces, ante un simple hallazgo en un electroencefalograma, se restringe el acceso a la actividad física o laboral, y eso no debe suceder. Es el especialista quien debe evaluar si realmente se trata de epilepsia y si necesita tratamiento. El diagnóstico debe ser preciso y no basado solo en suposiciones”, aclaró.

La doctora Arcos explicó que no toda convulsión equivale a un diagnóstico de epilepsia: “Una crisis aislada puede darse por fiebre alta, falta de sueño o consumo de alguna sustancia. Para hablar de epilepsia, las convulsiones deben repetirse y tener una causa neurológica específica. El neurólogo es quien determina el tipo de epilepsia y el tratamiento adecuado”.

En cuanto a los primeros auxilios durante una crisis convulsiva, la doctora Arcos destacó la necesidad de mantener la calma y evitar maniobras que puedan generar daño. “Si la persona convulsiona, hay que evitar que se golpee. Lo ideal es colocar algo blando bajo su cabeza como una manta, una campera, una almohada y ponerla de costado para mantener la vía aérea libre. Nunca se debe introducir nada en la boca, salvo para retirar un objeto o alimento que pueda obstruir la respiración. Las crisis suelen durar segundos o pocos minutos; si se prolongan, se debe llamar a emergencias”, explicó.

También recomendó no rodear al paciente ni aglomerarse ya que la presencia excesiva de gente puede generar más confusión o ansiedad una vez que la persona se recupera.

Finalmente, la doctora Arcos subrayó la importancia de hablar abiertamente sobre la epilepsia para reducir el estigma social.

“Debemos entender que la epilepsia es una enfermedad como cualquier otra. Quien la padece no debe ser aislado ni limitado. Con tratamiento puede estudiar, trabajar, hacer deporte y cumplir sus sueños. Nuestro deber como sociedad es acompañar y no excluir. La información salva vidas y mejora la inclusión. Saber cómo actuar ante una crisis y comprender que la epilepsia tiene control es fundamental para convivir sin miedo”, concluyó.