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El trasplantado que donó un trofeo al Padilla, corrió 42 kilómetros en plena montaña

Héctor Manca, trasplantado hepático, recorrió en su bicicleta 42 kilómetros en la prueba de trasmontaña. Es quien donó hace pocos días un trofeo al Hospital Padilla y es el primer trasplantado en completar una de las dos carreras más convocantes del país.

Para “Etín”, como lo llaman en el hospital, tarde o temprano iba a llegar el momento de rendir la materia pendiente, como él mismo calificó. Quizá nunca pensó que sería imprevistamente, pero eso no lo intimidó. Confiando en su entrenamiento regular y el aval del equipo médico que lo controla, Héctor le dijo sí a Hugo Rodríguez cuando le propuso correr el Trasmontaña de Mountain Bike. Manca completó el recorrido de 42 kilómetros por el corazón de los cerros tucumanos y se convirtió en el primer trasplantado en completar una de las dos carreras más convocantes del país y la única que se corre por parejas en Sudamérica.

Hace 13 años Héctor tuvo que someterse a un trasplante de hígado cuando su estado era muy crítico. Además de quedar unido (y agradecido infinitamente) a un ser humano y su familia que decidió donar los órganos, quedó compenetrado con la bicicleta de montaña.

Como parte de su recuperación y su nuevo estilo de vida, Manca eligió practicar este deporte. Así, durante más de una década, acumuló cientos de carreras, desde las de menos dificultad hasta la de máxima complejidad, como es considerada la prueba que une San Javier con El Siambón. “Era una materia pendiente y quería rendirla. Puedo decir, una vez más, que estoy feliz, muy feliz de haberla aprobado satisfactoriamente y haber podido terminar el exigente trazado del ‘Trasmontaña del Bicentenario’, que para los expertos es el más duro del país”, compartió en su Facebook.

La llegada a la meta del trasmontaña está en el podio de sus logros, junto a las travesías en las que unió la Casa Histórica de Tucumán con El Cabildo de Buenos Aires y el Cristo Bendicente de San Javier con Villavicencio en Mendoza.

La particularidad de la carrera y lo que la hace tan especial para los corredores es que se corre por parejas. La modalidad implica que el binomio, más que técnica y resistencia, demuestre el compañerismo y el equilibrio justo para que el trabajo de equipo les permita llegar a la meta. En el caso de la dupla que formaron Héctor y Hugo, funcionó a la perfección para afrontar los puntos del recorrido en que solo el aliento del compañero permite sobrellevarlos. “Sin la decisión de una familia o la de un ‘ángel’ que dijeron sí a la vida y sí a la donación de órganos, el día de la carrera no hubiera estado vivo. ¡Y hoy estoy más vivo que nunca!”, celebró Manca que, tal como dice la filosofía del Trasmontaña para aquellos que completan el recorrido, se recibió de biker.

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