30 de abril: Día Mundial del Ruido
Este es uno de los mayores contaminantes y se encuentra en todos lados. En esta fecha se pretende hacer llegar a la población los efectos negativos de la exposición al ruido.
Esta problemática está presente en la calle, presentada como ruidos imprevistos como ser bocinazos, el sonido del colectivo, las sirenas de las ambulancias, el martillo neumático cuando estar arreglando una calle, los vendedores ambulantes, entre otros. A diferencia del daño de otros contaminantes, cuando disminuye el ruido, cesa el daño.
Sobre esto, la jefa del Servicio de Fonoaudiología del Hospital Padilla, licenciada Lira Chicco, comentó: “Lo máximo que el oído puede aceptar sin ser dañino son 80 decibeles de ruido, más de esto, provoca dolor en el tímpano. Las consecuencias directas son la pérdida auditiva y el acufeno (que son los ruiditos que mucha gente manifiesta que siente). En la actualidad una gran cantidad de jóvenes y niños que tienen problemas auditivos a raíz del uso de los auriculares, lo que produce un pequeño daño acústico. Para evitar esto, se debe parar la práctica ya que con esto se disminuye el daño y hasta puede desaparecer”.
El ruido es un agente nocivo y toxico para la salud, tanto física como psíquica. Llega a producir daños extra auditivos que son los psicológicos como la ansiedad, el estrés, problemas cardíacos e irritabilidad.
Al respecto, la otorrinolaringóloga del efector, doctora Patricia Lezana, contó: “En nuestra especialidad el primer problema es la hipoacusia (pérdida parcial de la audición). Generalmente produce un traumatismo acústico, puede ser de primer, segundo o tercer grado dependiendo de su intensidad. Para calificar este daño no solo se debe evaluar la intensidad, sino también la permanencia, ya que en las ciudades esta problemática va en aumento”.