Una cirugía inédita le cambió la vida a Antonia
En el Hospital Centro de Salud se realizó una cirugía inédita de tráquea. La operación es única en el país y le cambió la vida a Antonia, una paciente oriunda de Río Chico, quién no podía hablar, respirar con normalidad, ni comer.
Sobre el tema, el jefe del Servicio de Cirugía del hospital, doctor Guillermo Stock, contó orgulloso de lo logrado por profesionales tucumanos: “Esta paciente presentaba una destrucción total de la tráquea cervical, por lo cual la única posibilidad que tenía era quedar con una traqueotomía en forma definitiva. Lo que hicimos fue crear una tráquea con una impresora 3d, con un material biodegradable, y la implantamos a nivel del cuello”.
En este sentido, el profesional amplió: “Reconstruimos la vía aérea dejándola estable. La paciente llegó con imposibilidad de respirar y comer. Después de la implantación de la tráquea, se le limpiaba rutinariamente la tráquea, porque adentro quedó piel para revestir la prótesis y hace aproximadamente seis meses está estable. Es la primera vez que se hace esta cirugía y es un gran avance”.
En tanto, el traumatólogo José Urpi remarcó los pasos para lograr el procedimiento tecnológico. “Con la impresión 3D pudimos hacer una tráquea. El proceso consiste en tener una imagen virtual del órgano a reemplazar, lo trabajamos en la computadora con un software especial, hacemos el diseño y le damos forma con la impresora tridimensional, que es como una impresora común pero en vez de tener tinta, tiene un polímero biodegradable y biocompatible. Este es el primer caso y es una solución para la gente; abre un nuevo camino para este tipo de patologías”, dijo el profesional.
Por su parte, Antonia se mostró totalmente agradecida al trabajo que lograron y que le cambió la vida. “Somos de Las Tipas, del departamento de Río Chico. Ahora que estoy mejor me gusta ir a ayudar en la cocina y la limpieza de la escuela de la zona. También voy a gimnasia; me gusta la aeróbica y me pone feliz poder hacerlo porque antes de que me enfermara lo hacía y cuando ya no podía moverme me sentía mal. Ahora puedo tener preparada la comida para mis hijos de 25, 23 y 21 años, todos varones. Lo que le aconsejo a la gente es que hagan actividad física y se encomienden a Dios”, se explayó.
Cabe destacar que Norma Albarracín, mamá de la paciente, siempre estuvo a su lado. Es ‘palabra autorizada’ para contar su historia. “Mi hija empezó con una peritonitis y cuando la operaron ya tenía gangrena intestinal y septicemia, y había tenido un paro respiratorio de diez minutos y lograron salvarla. Los médicos me informaron que iba a ir a terapia y que era muy difícil que pase la noche. Puse a mi hija en manos de Dios y de los médicos, y ella pudo salir adelante. En un mes se recuperó y ni los doctores podían creerlo. Tuve que enseñarle a caminar y a hablar. Desde Concepción vinimos a la capital con una esperanza para mi hija y gracias a los médicos, ella salió adelante. Ahora come, habla bien, camina y puede atender a sus hijos”.