El Hospital Padilla vuelve a realizar implantes cocleares
El Servicio de Otorrinolaringología del efector practica nuevamente esta cirugía para pacientes tucumanos y del noroeste del país.
El implante coclear es un dispositivo electrónico que permite reemplazar las funciones del oído a pacientes hipoacúsicos. El oído es un traductor de una energía vibrátil que toma la voz o los sonidos, primeramente en energía mecánica para luego traducirla en energía bioeléctrica. Las células especializadas, localizadas en el órgano de corti, convierten el estímulo bioeléctrico que viaja a través de una vía nerviosa hasta la corteza cerebral y allí se interpreta el mensaje bioeléctrico. El implante coclear, entonces, reemplaza las funciones del oído.
Al respecto, el jefe del Servicio de Otorrinolaringología del establecimiento, doctor Enrique Ceballos López, dijo que existen varias razones por las cuales una persona puede perder la audición. “Pueden ser pacientes que tuvieron enfermedades o que nacieron con algún problema congénito o adquirido. Normalmente esa pérdida de audición al principio puede ser reemplazada por un audífono, pero cuando ya la capacidad de rendimiento de estas prótesis no alcanza, indicamos un implante coclear”, explicó.
Además, el profesional agregó que es muy importante una evaluación temprana con una audiometría tonal para ver qué restos auditivos tiene el paciente y luego encuadrar dentro de qué tipo de pérdida de audición se encuentra. “Esto nos permite saber si será posible la colocación del implante”, afirmó.
El trabajo del equipo se completa con un tratamiento previo a la cirugía y uno posterior, realizado por fonoaudiólogos y audiólogos.
Por su parte, la jefa del Servicio de Fonoaudiología, licenciada Lina Chico, comentó que en un primer momento se hace la selección de los estudios audiológicos para ver cuáles son los pacientes a seleccionar para implante. “Practicamos estudios como audiometrias, potenciales evocados, impedanciometría y otoemisiones acústicas. De allí se selecciona el paciente que reúne los requisitos para el implante. Realizamos estos estudios reiteradas veces para chequear que la persona seleccionada sea apta para la cirugía”, detalló.
Una vez en el quirófano, los fonoaudiólogos son los encargados de chequear que los electrodos funcionan correctamente, para luego de un mes poder hacer la calibración del implante en el consultorio.
Finalmente, como aclara la licenciada Sandra Castaño, una vez que el paciente es operado, la rehabilitación se desarrolla en un tiempo prolongado. Se estimula a la persona de distintas maneras para lograr que el implante sea útil y así el paciente pueda interpretar los sonidos y las palabras que está escuchando, acceder a su lenguaje comprensivo y expresivo, e insertarse socialmente.