El ruido es peligroso para la salud
Cada último miércoles de abril se celebra el Día Mundial contra el Ruido, con el fin de concientizar sobre el impacto de la polución sonora en la salud, este año el lema es: “Por un ambiente más tranquilo, controla tu ruido”. La idea es sensibilizar a la población y que se comprenda que los sonidos molestos e irritantes provocados a diario, son perjudiciales para nuestra salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el 76% de la población que vive en los grandes centros urbanos, sufre de un impacto acústico superior al recomendable y esto se refleja en su calidad de vida. La exposición continua al ruido puede provocar problemas de salud, como alteraciones del sueño, pérdida auditiva, irritabilidad, dolores de cabeza, o en casos extremos:
- estrés, ansiedad, molestias digestivas, taquicardias, problemas cardiovasculares, dificultades en el aprendizaje, disminución del apetito sexual, e incluso ha contribuido en el alarmante incremento del número de accidentes.
Un informe publicado en 1995 por la Universidad de Estocolmo para la Organización Mundial de la Salud, considera los 50 decibelios (dB) como el límite superior deseable. En el caso de la noche, la OMS marca unos exigentes niveles de ruido menores a los 30 dB durante ocho horas para garantizar plenamente el sueño.
Para dimensionar estos límites de intensidad (recomendados internacionalmente), recordemos que un susurro o la respiración normal se pueden situar en torno a los 10 dB, mientras que el sonido de un lavarropas podría situarse en torno a los 55 dB. El televisor, con 65 dB, el sonido del teléfono, con 70 dB junto al sonido de fondo de una oficina en horario de trabajo se sitúan por encima de los decibelios que se podrían soportar, pero por debajo de otros sonidos más fuertes como el de la bocina de un auto, con 90 decibelios o el ruido que se puede llegar a soportar en una discoteca, en torno a los 105 dB. En este sentido cabe recordar que el umbral del dolor se sitúa entre los 120 y los 130 decibelios y que sonidos como el de las carreras de automóviles y el de un avión al despegar pueden situarse por encima de ese límite.
Uno de los problemas más inquietantes es que muchos jóvenes de hoy sufrirán trastornos auditivos en el futuro. Entre un 5 y un 10 por ciento de las personas que escuchan música con auriculares acaban experimentando pérdida auditiva u otros trastornos como acúfenos (zumbido, rugido, silbido o trino en los oídos). Muchos de estos jóvenes acabarán experimentando presbiacusia (pérdida auditiva por la edad) y si no se toman medidas de prevención a los 40 años tendrán ya los oídos de un hombre de 60 años.
Actualmente, el impacto del ruido en la audición, la salud y la calidad de vida está totalmente aceptado y demostrado por un gran número de estudios científicos y médicos. Está considerado como un agente contaminante en el mundo moderno pero se puede contrarrestar cambiando hábitos cotidianos como:
- Disminuir el volumen de reproductores de audio, televisiones o equipos de música.
- Utilizar protecciones adecuadas si tenemos un trabajo con ambiente ruidoso
- Mantenernos distanciados de los altavoces cuando asistamos a conciertos o discotecas.
- Con medidas sencillas podemos garantizar un entorno más silencioso y óptimo para nuestra salud.