Cierre lectivo de la Escuela de Pacientes del hospital Avellaneda
Se trata de un espacio de aprendizaje donde pacientes 'expertos', que padecen enfermedades crónicas, aconsejan a nuevos pacientes con estas patologías. Son guiados y acompañados siempre por profesionales de la salud del efector.
El Ministerio de Salud Pública, a cargo de la doctora Rossana Chahla, como parte de los lineamientos estratégicos del Plan Rector ‘La salud centrada en las personas’, creó este programa que cerró hoy el ciclo lectivo 2018.
El mismo está destinado a promover, coordinar y proporcionar conocimientos y habilidades a las personas que presentan diferentes enfermedades, para que sean capaces de aumentar el autocuidado y la corresponsabilidad sobre su proceso de enfermedad, asistidos por los propios pacientes que padecen similares dolencias y por equipos de profesionales formadores y tutores de esta actividad.
En este sentido, el director del efector, doctor Luis Medina Ruiz, indicó que el balance de este año fue positivo: “Todas las personas que participan de estos talleres han disminuido de manera considerable los riesgos en enfermedades crónicas. El 30 por ciento de los pacientes que participaron del programa de cesación tabáquica han dejado el cigarrillo y este es solo un ejemplo tenemos muchos más”, indicó el director.
Medina Ruíz, además sostuvo que la escuela de pacientes es una herramienta para la salud pública: “Está demostrado que los pacientes que pertenecen a este grupo mejoran su calidad de vida. Desde el año pasado, que fue cuando dimos inicio, hasta la fecha cada vez son más los talleres que se suman a esta iniciativa”.
Por otro lado, la coordinadora del Área de Cesación Tabáquica, doctora Marcela Alejandra Collantes, resaltó los resultados que se obtuvieron en el taller: “Fue un año positivo porque obtuvimos muchos avances en nuestra área. Atendimos a 85 pacientes de los cuales 35 dejaron de fumar y ésta es una tasa alta. Lo importante es generar contención y apoyo constante”.
Gabriela (39), paciente de Cesación Tabáquica, contó que lleva 6.000 cigarrillos menos: “Llevo 3 años en la escuela de pacientes y me costó muchísimo dejar de fumar, pase por internaciones y estuve en terapia intensiva con oxígeno. Hace cinco meses que no fumo y es una lucha de todos los días que la logro gracias al apoyo del grupo. Ahora ya no sufro de dolores de cabeza y puedo salir a pasear con mis perros y eso es lo que recuerdo cada vez que quiero fumar, pienso en las cosas que voy ganando”.