Equipos del hospital Padilla diseñan la logística para el abordaje de posibles casos sospechosos
Si bien en la provincia no se registraron casos autóctonos ni importados hasta el momento, el infectólogo Juan Manuel Núñez, miembro del Servicio de Infectología del efector, comentó que teniendo en cuenta el actual brote de hantavirus en el sur del país y los viajes característicos de la época de vacaciones, se realizó un encuentro organizativo para el correcto manejo frente a un potencial caso.
Con alrededor de 30 casos confirmados y un índice de mortalidad mayor al 30 por ciento, ciudades del sur de Argentina como El Bolsón, Bariloche y Esquel se encuentran en alerta por hantavirus. En ese contexto los servicios de Infectología, Farmacia, Gerencia y los departamentos de Emergencias y Enfermería del hospital se reunieron para delinear protocolos de acción que prevean la recepción de pacientes que puedan haber estado en contacto con el virus.
“En Tucumán no tuvimos casos sospechosos, ni autóctonos ni importados, en lo que va del año. Por eso es fundamental el encuentro con los servicios y departamentos para el armado de una logística interna aplicable a casos sospechosos, que nos permita adecuar el manejo de los mismos para mejorar el pronóstico de los potenciales pacientes afectados”, sostuvo Núñez.
El hantavirus es conocido hace más de 30 años y es endémico en cuatro zonas del país: En el Noroeste en ciudades de Salta y Jujuy; en el Sur en El Bolsón, Bariloche y Esquel; con menor frecuencia en La Pampa y algunas zonas de Buenos Aires y en un cuarto foco epidémico en el Litoral en Misiones y Corrientes.
La situación actual generó alarma debido al número de casos que superó los esperados. Además, se documentó de forma marcada la transmisión interhumana del virus, algo que solo había tenido lugar en 1996 en El Bolsón frente a un tipo específico del virus denominado ‘Andes’.
Dependiendo de la zona endémica, los subtipos o cepas varían y no se transmiten de persona a persona, un aspecto importante para aclarar, porque reduce mucho la posibilidad de contagio. La forma habitual de contagio tiene lugar al entrar en contacto con el hábitat donde prolifera el ratón por vía respiratoria con secreciones de sus heces u orina que se aerolisan o al ser mordido por el mismo.
“Un caso sospechoso de hantavirus tiene un componente de criterio clínico- alerta ante fiebre, dolores articulares y musculares, de cabeza, diarrea- y uno epidemiológico que se dispara cuando el paciente tuvo riesgo de estar en contacto con secreciones del ratón o con pacientes infectados”, definió el infectólogo.
Al tiempo agregó: “El flujograma que hoy terminamos de definir establece ante la sospecha en una consulta en guardia o en consultorio externo, la inmediata interconsulta con Infectología, métodos complementarios de diagnóstico, internación y el cumplimiento de criterios de aislamiento respiratorio pertinente en estos casos”.
Cabe destacar que el departamento de Emergentología está a disposición en caso de requerirse un rápido ingreso a terapia, ya que los pacientes infectados pueden evolucionar a un síndrome cardiopulmonar por causa del hantavirus y que, si bien no hay droga específica para su abordaje, se estructura un tratamiento de sostén y mantenimiento para mejorar la sobrevida del paciente.