Se trabaja para aplicar a nivel provincial la iniciativa en educación y prevención de la Unidad de Pie Diabético
Tomando como clave la capacitación del personal de salud y la educación del paciente sobre el cuidado de los pies, la Unidad del Padilla referente en esta problemática lidera el proyecto piloto de un Programa que ya fue aplicado con exitosos resultados y busca extender la formación de educadores en todo el primer nivel de atención sanitario.
En América Latina el número de personas con diabetes asciende a los 62 millones, lo que implica que aproximadamente 1 de cada 12 personas tiene la enfermedad. En Argentina el 7 % de la población la padece, sólo el 50 % está diagnosticado y el 30 % de los diagnosticados no hace tratamiento.
En materia de complicaciones crónicas el número llega a un 66 %, el 25 % tiene lesiones en los pies: Un 15% sufrirá alguna amputación y un 50 % puede perder el segundo miembro a los 2 años. La mortalidad luego de una amputación es del 68 % y solo es superada por el cáncer de pulmón que representa el 86 %, seguido por cánceres de colon, mama y próstata.
La causa de internación más frecuente de los pacientes con diabetes son las úlceras en los pies, la permanencia es elevada, así como la necesidad de reinternaciones e implican una alta demanda de medios de diagnóstico y tratamientos, lo cual deriva en que muchos países consideren al pie diabético como un grave problema de salud pública.
En este contexto el jefe de la Unidad de Pie Diabético y médico del Servicio de Ortopedia y Traumatología del Padilla, doctor Luis Olea, diseñó junto a la referente del Programa de Diabetes del PRIS, doctora Cristina du Plessis y al licenciado en enfermería Sebastián Nisoria, un trabajo conjunto entre el SIPROSA y la UNT, para establecer acciones concretas en pos del tratamiento, prevención e investigación en materia de pie diabético.
Bajo el “Programa de Educación a Educadores del Primer Nivel de Atención” se capacitó al personal de salud en estándares internacionales, para el desarrollo de aptitudes y actitudes para el trabajo en equipo y la implementación y evaluación de medidas educativas de prevención.
“Iniciamos el programa de formación a través de un curso semipresencial de 3 meses de duración que se desarrolló bajo la supervisión del personal de la Unidad de Pie Diabético del hospital destinado a médicos y enfermeros de distintos servicios del nivel primario de atención. Ellos a su vez encuestaron e instruyeron a 155 pacientes en los que posteriormente se observaron mejoras significativas en los cambios de conductas para el auto cuidado de sus pies”, expresó Olea.
“Si bien en términos generales el cambio de conducta fue bueno respecto al lavado y secado diario del pie, algunos ítems importantes como el adecuado corte de uñas, uso de cremas, control de temperaturas, uso de calzado adecuado merecen intervenciones más frecuentes. Por eso sostenemos que, para un real impacto del programa, se requiere extenderlo a toda la provincia y optimizar intervenciones educativas”, dijo el profesional.
Una mirada desde la investigación y el ámbito asistencial de salud
Los datos del estudio fueron obtenidos del trabajo y el contacto clínico diario de la Unidad, lo cual representa una ventaja en contraste con la información generada a partir de una investigación donde los entornos a menudo son controlados y en los que los pacientes seleccionados muchas veces no son representativos de la población general.
La implementación de metodologías que llevan a la formación de tejido de granulación con calidad suficiente para incorporar piel proveniente de injertos o colgajos cutáneos (Por Presión Negativa, Plasma Rico en Plaquetas y tratamiento por Pseudomona Aureginosa previo sobrenadante de Lactobacillus Plantarun) disminuyó significativamente el tiempo que demora la curación de las heridas crónicas y permitió un mejor conocimiento de los procesos involucrados.
“Es probable que la incidencia de las úlceras, amputaciones y heridas siga en aumento. El envejecimiento, el aumento de la obesidad y de la diabetes son algunas de las causas endémicas que requieren programas de prevención en el primer nivel de atención con la complejidad suficiente para abarcar aspectos relacionados con el paciente, el equipo de salud y la institución”, agregó el referente de la Unidad.
En este contexto un estudio de costo- efectividad exhaustivo es útil para optimizar la práctica asistencial del segundo nivel, considerando no solo el gasto de internación, sino la utilización de recursos para el tratamiento de complicaciones frecuentes. En ese sentido se destaca la ventaja costo- efectividad de conformar unidades de Pie Diabético y de la habilitación de quirófanos anexos a consultorios externos en épocas de alta demanda para una rápida atención del paciente y su pronto retorno a domicilio, lo cual disminuye la ocupación de camas y la demanda de quirófano central.