Cigarrillo electrónico: “Un lobo vestido de cordero”
Así lo definió la doctora Marcela Collante del servicio de Neumonología del efector, quien explicó que estos dispositivos son tan nocivos para la salud como los cigarrillos convencionales.
Fueron creados en 2004 y a partir de allí comenzaron a evolucionar en tamaño, funcionamiento, capacidad de batería y variedad y sabores de líquidos con los que actúan. Con respecto a esto, Collante explicó que en los inicios la gente los compraba como una alternativa de cesación tabáquica del cigarrillo común, con la creencia de que causaban menos daño a la salud. A raíz de esto comenzaron a aparecer los fumadores duales, es decir, quienes consumían ambos tipos de cigarrillos.
La especialista dijo que el funcionamiento de estos dispositivos se produce mediante el calor que promueve la batería, allí se activa un líquido que tiene el cartucho, causando la aeronización, comúnmente llamado ‘vapeo’, pero que en realidad es un aerosol con micro partículas muy tóxicas y nocivas que contienen muchos componentes, entre ellos la nicotina. Con respecto a esta última, explicó que se trata de un alcaloide tóxico que es muy adictivo, lo que hace que los jóvenes se introduzcan en el consumo desde muy temprana edad.
¨Tiene compuestos orgánicos volátiles que provocan múltiples alteraciones, además, químicos como la glicerina vegetal, propilenglicol, y gran cantidad de sustancias cancerígenas. Esto provoca efectos nocivos: a nivel cardíaco, pulmonar, vascular, y muchas enfermedades, entre ellas, la neumonía lipoidea que es causada por el consumo específico de este tipo de cigarrillos, que puede hasta llevar a la muerte¨, aseguró Collante.
Siguiendo la misma línea, la doctora mencionó otro tipo de problemática relacionada a estos aparatos y explicó que, como estos funcionan mediante carga electrónica, hubo casos donde se produjeron explosiones de baterías, causando quemaduras en las personas.
Con respecto a quienes no fuman, pero sí son receptores del desecho de una persona que está consumiendo un cigarrillo electrónico, la neumonóloga dijo que provocan efectos muy similares en aquellos fumadores pasivos porque el aerosol del paciente que vapea, es lo que se llama aerosol de segunda mano, lo que, en el caso del cigarrillo convencional, se llama humo de segunda mano.
Para finalizar, la referente comentó que desde el servicio de Neumonología no recomiendan esta práctica como estrategia para dejar el cigarrillo convencional: ¨Siempre apuntamos a que la persona se aparte de este tipo de consumo con tratamientos grupales e individuales, dirigidos por equipos multidisciplinarios para poder ayudar al paciente a dejar de fumar¨.
Quienes deseen realizar una consulta referida a esta problemática pueden hacerlo en el servicio de Neumonología del hospital Avellaneda, mediante turnos previos, al 0800-4444-999 Salud Escucha.