Cómo combaten la pandemia los kinesiólogos: “Tuvimos que reinventarnos”
Los desafíos acarreados por la pandemia modificaron todos los hábitos, entre ellos los de los kinesiólogos. María del Huerto Fernández actualmente desempeña su rol mediante el sistema de telemedicina que dispuso el Ministerio de Salud y cuenta cómo se reinventaron para logras continuar brindando atención.
“Al principio era todo nuevo para mí porque el kinesiólogo hace un abordaje puramente asistencial, en contacto con la gente. La respuesta de los pacientes fue muy positiva. Que puedan seguir sus terapias es un alivio para ellos y para nosotros. Me siento tranquila porque la población sigue contenida”, agregó. Luego, como dato anecdótico, contó que Tucumán es referente a nivel nacional, pues fue la primera provincia que implementó el servicio de rehabilitación a nivel virtual.
Sin embargo, esta situación mundial requirió esfuerzos y abordajes diversos. Miguel Haro es co-coordinador del área de kinesiología del Departamento de Rehabilitación del Ministerio de Salud. Explica que antes realizaba tareas más orientadas a la gestión, la capacitación y la prevención. “Con esta situación de pandemia nos dispusimos a colaborar tomando muestras en hogares de ancianos, en puestos fronterizos e incluso ayudando con la preparación de insumos”, relata el profesional tras haber desarrollado esas mismas tareas en primera persona, pero sin descuidar las responsabilidades habituales.
Por su parte, Josefina Argañaraz siempre desempeñó la atención de pacientes críticos en el Hospital Centro de Salud. Actualmente se encarga de coordinar la torre de Covid en el área respiratoria. “Cuando todo esto comenzó estuve tres meses sin poder trabajar por una medicación que me bajaba las defensas. Tenía mucha ansiedad, quería ir a colaborar. Me capacitaba todo el tiempo”, contó.
“Un día estaba saliendo del hospital y me llaman por mis conocimientos en el uso del Helmet, un casco plástico usado para ventilación. La idea del primer contacto con un paciente positivo me generaba cierto miedo. Pero pensé en mi capacitación, sabía que podía ayudar, me sentía en la obligación moral de hacerlo. Me quedé hasta tarde pero salí muy contenta. Reconforta poder ayudar”, agregó.
Consultada por el día a día, cuenta que “duele no poder saludar como antes a tus compañeros. Ya no hay tantas risas, hay mucha preocupación. Nos duele cuando un compañero se infecta. Pero al mismo tiempo la situación nos da fuerzas para seguir estudiando y ayudar, ejercer un rol activo”.
Al igual que María del Huerto y Miguel, Josefina vuelve a hablar de equipo. Un concepto muy presente en los profesionales. “Cuando todo esto pase nos dejará a la sociedad el aprendizaje del trabajo desinteresado en equipo. Trabajar juntos por un objetivo en común, en cualquier situación de la vida”, cierra con optimismo.