Cómo funciona el Servicio de Estimulación Temprana del Hospital Avellaneda
La unidad brinda asistencia integral para el desarrollo psicomotriz de los niños derivados. Cuenta con un equipo multidisciplinario que trabaja en las necesidades de cada paciente.
El Servicio de Estimulación Temprana del Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda atiende actualmente a 150 niños desde los primeros meses de vida hasta los cuatro años. Su misión es brindar asistencia y atención oportuna que ayuden al buen desarrollo del pequeño paciente.
El equipo está conformado por kinesiólogos, fonoaudiólogos, médicos fisiatras, trabajadores sociales, psicomotricistas, maestras, y trabaja en red con todas las especialidades del efector.
El subdirector médico del hospital, doctor Miguel Ferre Contreras, comentó: “Al tener un Departamento de Perinatología con un Servicio de Neonatología que es referente en la provincia, se hace necesario que contemos con este Servicio de Estimulación Temprana. Existen muchas patologías que condicionan al chico desde su concepción o el nacimiento y al tenerlo desde el día uno de vida con esas patologías, nosotros debemos brindarles respuesta a esos trastornos. Realmente, es mucha la demanda pero tenemos una gran capacidad de respuesta. Y es importante destacar que la estimulación temprana condiciona el futuro de vida del niño”.
Por su parte, la referente del servicio, doctora Sandra Ocampo, explicó que el paciente concurre inicialmente por una derivación del pediatra, el neurólogo o algún otro especialista. El paso posterior es una entrevista de admisión que se trabaja en conjunto con el médico fisiatra y a partir de allí ingresa al tratamiento.
“En la etapa inicial se trabaja mucho con la mamá o el referente de la familia porque se participa activamente, es decir que el bebé trabaja en presencia de la mamá; es parte de la terapia. Y a medida que el niño va evolucionando, se puede hacer un despegue de la familia primaria y comienza a ingresar solo a la sesión”, detalló la especialista. Y agregó que es primordial en el tratamiento trabajar en red para que posteriormente el niño pueda ser escolarizado. “Ser incluido lo más tempranamente en un ámbito educativo es muy importante, sea común o de modalidad especial”, cerró.
Al respecto, la maestra integradora y estimuladora del equipo, Carla Boedo, dijo que desde el centro de estimulación también buscan garantizar que los chicos entre tres y cuatro años puedan ingresar dentro de las trayectorias educativas; es decir, iniciar el proceso de educación. “Primeramente realizamos una evaluación, trabajamos la parte cognitiva y pedagógica para que en un futuro el niño pueda ingresar en un jardín o un maternal, y empezar así su educación dentro del sistema”, explicó la docente. Y aclaró que el progreso del pequeño depende en gran medida del apoyo también de sus padres, primeros educadores en la vida del paciente.
Testimonios de padres
Martin Saravia es el papá de Luz, una de las pequeñas pacientes que ingresaron al servicio. “Llegamos aquí después de varios estudios que le hicieron, en los cuales parecía que tenía hidrocefalia. Finalmente, no fue así. Luego nos derivaron a esta unidad, donde Luz está progresando de a poco. Al principio no podía caminar ni gatear, pero gracias a los médicos hoy puede. Fueron muchos avances. Solíamos venir dos veces por semana al hospital y ahora lo hacemos una vez porque mi hija ya camina”, contó.