Cómo trabaja el equipo de cirugía ortognática del hospital Centro de Salud
La cirugía ortognática es una intervención quirúrgica que se encarga de corregir malformaciones de la mandíbula para lograr el equilibrio perfecto entre todas las características faciales del paciente. En Tucumán este procedimiento se realiza en el hospital Centro de Salud y está a cargo de un equipo de odontólogos especialistas en cirugías maxilofaciales.
Este tipo de intervenciones tienen un gran impacto no solo en la parte estética de los pacientes, sino también en el funcionamiento maxilar de los mismos. El principal objetivo es corregir discrepancias dentofaciales, es decir incorrectos alineamientos de la mordida.
Al respecto, miembros del equipo de cirugía comentaron cómo se realizan los procedimientos. El doctor Juan Pablo Marín explicó, en primer lugar, que hay varías patologías que son tratadas con esta operación. “Tenemos distintas clases esqueletales, es decir la relación entre los maxilares. El paciente que muerde con los dientes de la mandíbula hacia atrás le llamamos clase 2 esqueletal. Esos pacientes tienen más comprimida la vía aérea, y respiran más por la boca. Luego tenemos la clase 3 esqueletal en la que la relación es invertida, los dientes de la mandíbula están por delante del maxilar superior. Y luego también tenemos asimetrías faciales, en donde la mordida está rotada completamente, haciendo que un lado esté en clase 3 y otro en clase 2”.
La incorrecta posición de la mandíbula puede causar problemas no solo en la masticación, sino además en la fonación, deglución y respiración. Sobre esto, el doctor Manuel Usandivaras, quien también forma parte del equipo explicó que “muchas veces cuando hay un retroceso del mentón, la vía aérea se colapsa y los pacientes pueden ser, entre otras cosas, roncadores o hacen apnea de sueño. Todo eso lleva a un mal descansar en la noche y un déficit en la performance diaria, los pacientes están más cansados y no tienen un buen rendimiento psicofísico durante el día. Esto es generado por las alteraciones de la vía aérea que genera la formación del macizo facial. Cuando se va para atrás, por supuesto, es mucho más pronunciado”.
Para solucionar esto, el profesional explicó que “muchas veces el tratamiento incorrecto es solamente hacer ortodoncia, cuando en realidad es modificar la estructura ósea para que los dientes puedan tener una buena mordida”.
Si el ortodoncista considera que no alcanza los objetivos de corrección, debe referir al paciente al equipo de cirugía que realizará el diagnóstico y el posterior tratamiento correspondiente.
“Esto no se trata con un solo ortodoncista, sino que cada uno con su paciente va a permitir que se forme un equipo para trabajar. Se hace un diagnóstico de situación mediante diferentes tipos de estudios y se toma la determinación de cómo habría que modificar la estructura esqueletal para poder permitir que el paciente, entre otras cosas, cambie la fisionomía de la cara, deje de tener la mandíbula hacia afuera o muy hacia adentro, corrigiendo una estética facial importante” comentó el doctor Usandivaras.
Actualmente, desde el servicio en el hospital Centro de Salud, se realiza además una planificación previa para tener un panorama del estado del paciente. El doctor Marín explicó que “ahora también estamos haciendo planificación virtual, a partir de una tomografía computada con ciertas especificidades, individualizamos con un programa los maxilares de manera que veamos cual es el problema. Esos mismos maxilares los operamos virtualmente y generamos una guía quirúrgica que es lo que nos va a llevar a poder posicionar lo que hicimos en la planificación anterior”.
Sumado a esto, el doctor Usandivaras agregó que se trabaja con tecnología de impresión 3D para imprimir moldes de los huesos de la cara de los pacientes. De este modo pueden estudiar de antemano dónde se realizarían las incisiones y cómo deben cortar la mandíbula para que quede simétrica. “Entonces mediante los moldes de impresión 3D, ya podemos ir viendo cómo va a quedar el paciente en el postoperatorio, como van a quedar los avances de la mandíbula, el avance del maxilar superior y ver cómo se va a ir corrigiendo esa mordida, para ver si es que vamos a poder corregir lo que era una clase 2 o una clase 3, para llevarlo a una oclusión normal”.
Esta técnica de impresión 3D es usada por el equipo desde hace aproximadamente un año.
Además explicó que se cuentan con la colocación de guías quirúrgicas, ya que “al momento de fracturar un hueso, ese hueso queda suelto, y hay que fijarlos de vuelta al esqueleto de la cara. Estos se fijan a través de placas de titanio. De esa forma se vuelve a dar la estructura rígida y por supuesto hay que esperar que esto suelde y cicatrice para que después el paciente pueda volver a su masticación normal y comer normalmente en aproximadamente 20 o 30 días”.
El doctor Marín, por otro lado, comentó que la cirugía se realiza de forma intraoral, es decir sin acceder a los maxilares por fuera de la boca. “Otra cosa muy importante y que está muy mal informada la mayor parte de las veces, es que este procedimiento en el post operatorio no es doloroso. Es cierto que hay heridas en la boca, entonces cuando uno las toca con el cepillo de dientes, va a molestar y sí puede haber dolor en ese aspecto. Pero es un dolor que no indica que algo está mal. En general, la cara no duele, por el contrario, pasa un periodo de varios días dormida. Yo creo que esto es muy importante que el paciente y los colegas lo sepan porque es a lo que más le temen”.
Ambos profesionales comentaron que este tipo de procedimientos los realizan desde el año 2012, y que se concretaron entre 80 a 90 casos con muy buenos resultados. “Los pacientes quedan muy contentos con la cirugía, a muchos les impacta tanto el cambio de su cara que a nosotros nos pone muy contentos ver esos cambios tan satisfactorios. Es un impacto severo en la calidad de vida y no es solo estético, porque mucha gente puede creer eso pero no, hay un cambio funcional en la mordida que es importantísimo y hay un cambio en la función respiratoria”.
Cabe destacar que el equipo sigue trabajando actualmente en época de pandemia. “Los pacientes se atienden con todos los protocolos de protección personal, el distanciamiento, el paciente puede entrar como mucho con un familiar, todos con barbijo y el odontólogo usa el camisolín de protección hidrorepelente. Por supuesto se hace previamente un interrogatorio para ver si es que el paciente estuvo en contacto con alguien positivo, si está con fiebre, con pérdida del olfato, con tos seca y ante cualquier detección de alguna anomalía, se suspende el control y se espera un tiempo prudencial para volver a controlar. En el caso de los pacientes que vayan a ser sometidos a cirugía, hoy estamos utilizando un protocolo un poco más estricto, que consiste también, entre otras cosas, en un hisopado previo a la cirugía que sea negativo para que pueda entrar a quirófano”, destacó el doctor Usandivaras.
Para finalizar, el profesional recomienda que “cada uno de los odontólogos que hacen ortodoncia sepa que los pacientes que no corrigen su mordida con la ortodoncia habitual, lo pueden referir al hospital y pueden trabajar en equipo con nosotros”.