Controlar la presión ocular puede prevenir la aparición de glaucoma
La presión ocular elevada puede provocar daños irreversibles en el ojo, incluso la ceguera, y en la mayoría de los casos es asintomática, es por eso que especialistas recomiendan consultas oftalmológicas permanentes.
El 12 de marzo pasado se conmemoró el Día Mundial del Glaucoma, una enfermedad de los ojos que genera daños irreversibles en la vista. Es peligroso porque no suele presentar síntomas en sus comienzos. Pero con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, la gran mayoría de los pacientes puede conservar su visión.
Existen distintos tipos de glaucomas, contó el jefe del servicio de Oftalmología del hospital Ángel C. Padilla, doctor Javier Marengo, pero el más frecuente es el crónico, que no presenta síntomas. Es provocado por la presión ocular elevada que daña las estructuras del ojo. “El paciente no se da cuenta hasta que pierde la visión, por lo tanto es muy importante detectarla en la consulta oftalmológica”, aseveró.
El control de la presión ocular es parte de la consulta oftalmológica completa. Se administran gotas de anestesia y un colorante al paciente. Con la lámpara de hendidura o aparatos manuales se realiza el estudio, que no toma más de dos minutos.
Cuando el glaucoma es detectado se procede con estudios complementarios para determinar su grado, en qué etapa se encuentra y de acuerdo a ello establecer el tratamiento que, en principio, incluye colirio en gotas.
El glaucoma puede afectar a cualquiera, pero hay personas que presentan factores de riesgo como:
- Personas mayores de 40 años.
- Personas con familiares directos que padecen glaucoma.
- Personas que han sufrido traumatismos en los ojos.
- Personas que usan o usaron corticoides (en cualquier formato).
- Personas que nunca asistieron al oftalmólogo.
- Personas a las que nunca se les tomó la presión intraocular.