Día del Nutricionista: La vocación permite superar obstáculos para mejorar la calidad de vida de la comunidad
Mariana Jazmín Martínez tiene 27 años, es licenciada en Nutrición y trabaja hace casi un año en la Policlínica Pedro Solórzano de Tafí Viejo y en la Policlínica Mercedes Serrano de Lomas de Tafí. En contexto del Día del Nutricionista compartió su historia de vocación y superación que le permitió, pese a las dificultades que puede representar su discapacidad visual, recibirse a temprana edad y llevar un mensaje de promoción de hábitos saludables a todos lados.
El gusto por la gastronomía fue lo primero que impulsó a Mariana a elegir esta carrera tan relacionada, ella deseaba cursar una carrera de grado universitario y generar a través de la alimentación un impacto en la vida de las personas y así fue como decidió iniciar sus estudios en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA) donde posteriormente se recibió.
Al describir un día común de trabajo cuenta que comienza muy temprano y a las 7 horas ya se encuentra en la Policlínica, donde se prepara para dar charlas en la sala de espera, para luego pasar a la atención de sus pacientes: “En la consulta de ginecología o de clínica el paciente por lo general llega por otros motivos y en el diálogo se detecta que necesitaría un asesoramiento nutricional, entonces la idea de nuestro trabajo conjunto es ofrecer también la consulta de nutrición con la consejería que haga falta. Muchas veces el paciente si uno lo deriva, por uno u otro motivo de la vida diaria termina postergando la atención, en cambio es mucho más efectivo el abordaje interdisciplinario en una misma consulta y que se lleve algo más, un valor agregado, que en este caso es la nutrición”.
“Aveces el paciente ni siquiera sabe, o no es consciente de que puede estar llegando a necesitar un consejo de nutrición, pero se comienza a ver cada vez más una forma integral de poder solucionar problemas que muchas veces con un medicamento o con un tratamiento netamente médico no se llegan a abordar por completo si no se tiene en cuenta una alimentación saludable y equilibrada”, resaltó la especialista.
Al recordar sus inicios Mariana comenta que empezó a trabajar con pacientes en el 2017 haciendo sus prácticas profesionales y que la bienvenida a la vida de nutricionista fue muy cálida: “La forma en la que los pacientes me han tratado es muy cálida, me he sentido contenida y creo que realmente ha tenido éxito la recepción por parte de ellos de las pautas que les doy. Así también los profesionales que conocí en el transcurso de estos 11 meses, me hacen sentir muy bien, muy cómoda, cuidada, acompañada, guiada en este proceso y la verdad es muy lindo eso”.
“A mí siempre me ha gustado más la parte de dar charlas que lo puramente asistencial y es más o menos lo que estoy haciendo ahora, porque me estoy dedicando más a los consejos que es lo que me encanta y me siento bien haciéndolo. Me gusta mucho también el tema de la química de los alimentos, siempre trato de tener las recetas actualizadas de todo para brindarles a los pacientes ideas de alimentación tanto rica como saludable”, afirmó y en ella puede sentirse el placer por su tarea cotidiana que desempeña a veces en horario corrido, mientras que en su tiempo libre repasa recetas y realiza actividad física, cosas que la apasionan desde niña.
En cuanto a los espacios a los que pudo llegar con sus charlas, Mariana contó que tuvo la posibilidad de exponer ante alumnos de la Escuela N° 46, donde tuvo una excelente recepción por parte de los niños: “Me trataron muy bien, tanto desde lo que fue la charla sobre nutrición, como desde lo que es mi discapacidad, me preguntaban de nutrición y aparte se acercaban y tenían el detalle de ponerse de acuerdo para no hablar todos juntos, me gustó mucho eso”.
Respecto a las ideas que en el imaginario de la sociedad rodean a la discapacidad visual y a las dificultades que puede representar en la vida diaria, Mariana resaltó el rol esencial que en su progreso y en la concreción de sus sueños cumplió su familia: “Tuve el apoyo de ellos y eso es fundamental, creo que es lo más importante y siempre voy a insistir en eso porque muchas veces se da, sobre todo antes, que las personas buscan más inclusión por ejemplo en las escuelas, pero el papel de las familias es el principal pilar para apoyar a las personas con discapacidad, porque es con quienes se transcurre la mayor parte del tiempo. En mi caso mi familia fue primordial, por ejemplo, recién sentí el sonido de una bocina que es la de mi mamá, está ahí afuera esperándome, ella siempre está o puedo llamarla”.
“Cuando tuve la entrevista con el ministro Luis Medina Ruiz él rápidamente se cercioró de que yo desde el primer momento tuviera un ambiente cuidado, tuve mucho apoyo, desde mi traslado, en el lugar adonde voy siempre buscamos que haya una persona de referencia a la que yo pueda recurrir, porque si hay un espacio donde no me siento contenida, sé que ahí no es”, reflexionó sobre la importancia del que sí se volvió un espacio a donde pertenece y se siente contenida, como es su lugar de trabajo dentro del Sistema Provincial de Salud.
La contención es muestra de amor que da lugar a la superación en la vida de Mariana, donde solo por mencionar un ejemplo está firme su compañera de trabajo y obstetra Susana, a quien la madre de la joven denomina como su “madre sustituta” porque desde que llegó a la Policlínica de Lomas, la acompañó pendiente de todo.
Al momento de dar un mensaje respecto a su profesión y los temas de importancia que abarca, la especialista no dudó en lo fundamental que es promover el autocuidado: “La alimentación es una parte fundamental de cuidarnos, de querernos, muchas veces se pone el énfasis en la belleza, en la estética y la nutrición juega un papel fundamental incluso en eso también, porque lo que está bien por dentro se nota por fuera. Desde lo psicológico además con una buena nutrición podemos ayudar a evitar muchas situaciones feas por las que no se debería pasar e incluso cuidar a las personas que uno quiere, cuidándose”.
“Un remedio que muchas veces tomamos porque estamos enfermos, nos hace bien por un tiempo, pero los cambios de nutrición son medicina para toda la vida, son un estilo de vida saludable. Yo tuve obesidad cuando era chica y hace 14 años ya que sostengo mis hábitos saludables, no es fácil, pero se puede, yo no he perdido nada, no me he privado de nada, he cambiado cosas, estoy mejor ahora, sana”, dijo y abrió su corazón al ponerse como ejemplo impulsor de cambio. El amor, por la profesión, por la vida, por los pares y por uno mismo que se traduce en autocuidado del cuerpo y del alma día a día, es el eje que atraviesa toda experiencia.