Día Latinoamericano de la Concientización y Prevención del Pie Diabético
Se trata de una campaña de prevención y concientización que apunta a difundir entre las personas que tienen diabetes la importancia de cuidar sus pies, ya que hasta el 85% de las amputaciones se pueden prevenir con una detección precoz de los factores de riesgo junto a medidas de prevención.
La médica asistencial del servicio de Dermatología del hospital Avellaneda, Silvana López, explicó que si se realiza prevención y se detecta cuál es el pie de riesgo del diabético, es decir, aquel que puede llevar en el futuro a hacer una lesión o complicación, podría evitarse mayores complicaciones al tener una detección precoz.
En este sentido, la profesional indicó que se debe tener en claro que no todos los diabéticos presentan un pie diabético, sino que serán pacientes diabéticos con un pie sano. Pero si uno presenta complicaciones junto con un mal control glucémico, un mal calzado y unos hábitos de cuidado del pie inadecuados, presentará un pie de riesgo llegando a producir lo que se conoce como la patología pie diabético. Este se define como la infección, ulceración o destrucción de los tejidos profundos del pie, asociados a neuropatía y/o enfermedad vascular periférica de diferente magnitud, en las extremidades inferiores de los pacientes con diabetes.
“El paciente mismo se tiene que ir controlando su pie viendo si aparecen hongos entre medio de los dedos, si es que existen algunas infecciones en las uñas y si hay callosidades. Generalmente estos pacientes tienden a tener una piel seca, por lo que es importante la humectación para evitar que haya fisuras, es decir que el paciente tiene que aprender a conocer sus lesiones para poder ir a una consulta”, explico López y aclaró que, con respecto al calzado, recomienda las zapatillas deportivas, anchas en la punta, y evitar las cross o calzados plásticos.
Recomendaciones para las personas con diabetes
- Revisar los pies todos los días en busca de zonas enrojecidas, callosidades u otras alteraciones.
- Realizar actividad física regular, siguiendo las recomendaciones del equipo de salud tratante.
- Seguir un plan alimentario saludable y equilibrado.
- Mantener un buen control de la glucemia, el colesterol, los triglicéridos y la presión arterial.
- En caso de signos como dolor, quemazón, adormecimiento, calambres o ante la presencia de una lesión, consultar precozmente al equipo de salud.