El Ministerio brinda servicios especializados de salud a pacientes con TEA
Cada 25 de agosto se conmemora el Día Nacional de Ayuda a Personas con Autismo, en homenaje a la creación de la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APADEA) en 1994. La fecha busca concientizar sobre el trastorno y promover la inclusión y apoyo a quienes lo padecen. El Ministerio de Salud, a cargo del doctor Luis Medina Ruiz, presta servicios al respecto mediante centros específicos públicos y gratuitos.
El director del Centro Provincial de Atención del Neurodesarrollo Infantil (CEPANI), doctor Juan Pablo Molina, médico pediatra, especialista en Neurodesarrollo, comentó: “En este día se busca que la población tome conciencia sobre la importancia de la patología y pueda contar con información para lograr la integración de las personas con autismo en los diferentes ámbitos de la sociedad. Actualmente se observa un cambio sustancial en cuanto al acceso a información, diagnósticos y asesoramiento a los padres. Existe un mayor conocimiento sobre el desarrollo normal de los niños y una creciente preocupación de las familias por estimular su desarrollo. Esto ha generado una gran demanda para asegurar que los niños vivan en entornos saludables, estén debidamente estimulados y se tenga cierto control sobre las tecnologías utilizadas, desde el uso de pantallas hasta las formas de aprendizaje. Todo esto ha llevado a la creación de servicios para abordar estas cuestiones que antes no existían».
Siguiendo esta línea, detalló que el Sistema Provincial de Salud cuenta con un centro específico para la atención de estos niños y de sus familias, que es el CEPANI. El mismo consta de un equipo de cinco médicos especializados en neurodesarrollo, cinco psicólogas, cinco fonoaudiólogas, dos terapistas ocupacionales, un psicoterapista y una trabajadora social. Además de ocho consultorios, una cámara gessel y una sala de integración sensorial, donde trabajan los especialistas en terapia ocupacional.
Respecto a los objetivos del servicio y la asistencia que se brinda, explicó: “Buscamos llegar tempranamente a hacer un diagnóstico, detectar signos de alerta y de esa manera, ya cuando el niño ingresa a una evaluación, puede durar entre tres a cuatro consultas, el pequeño ya puede terminar de tener un diagnóstico y la familia una orientación para comenzar un tratamiento, que es de fundamental importancia si se empieza a edades tempranas”.
Y cerró: “Al año y medio o dos años es cuando esperamos que el niño empiece a comunicarse. Si esto no sucede, nos despierta una alerta. Desde ese lugar los papás ya pueden consultar en primera instancia al pediatra que quizás es el profesional que tienen más cercano y a partir de eso tener una derivación, una evaluación más pormenorizada. En el ámbito del tratamiento, la idea es poder trabajar con las familias a través de una orientación a los papás. Con esto poder lograr el cambio de su entorno y la mayor integración del niño en los diferentes ámbitos donde vive. Quiero destacar el trabajo que hacen las asociaciones de padres sobre esto porque son los que van ganando derechos y logrando espacios donde sus hijos pueden participar”.