El Ministerio de Salud Pública reconoció 50 años de residencia
La emoción estaba centrada en el rostro de todos los asistentes al acto académico de egreso de residentes y jefes de residentes que se realizó en el teatro Mercedes Sosa. Mencionado sentimiento se profundizó en el reconocimiento que se hizo a la primera egresada de la residencia de pediatría y, por consiguiente, a la primera instructora.
La iniciativa surgió de la cartera que conduce la ministra de Salud Pública, doctora Rossana Chahla, quién en un emotivo discurso les pidió a sus pares seguir adelante y cuidar a sus compañeros como se lo hacía tiempo atrás. En la oportunidad fue Susana Saksonoff de Llapur la primera profesional que egresó de la Residencia de Pediatría del Hospital del Niños Jesús y Nélida Cusa, quién también en 1967 fue la primera instructora.
Durante el acto de reconocimiento fue Susana quien levantó la voz y en unas sentidas palabras recordó sus comienzos. “Con mucho entusiasmo empezamos en el año 67 con mis colegas esta residencia. Fue complicadísimo empezar pero gracias a Dios se pudo lograr; por eso sentimos que es una base para todo lo que vino después. Tengo mucha emoción al recordar a mis colegas y por el hecho que la señora ministra organizó esto con tanto entusiasmo”, expresó.
Luego, consultada sobre la importancia de una residencia, la homenajeada respondió: “Es importante porque creo que es uno de los sistemas de formación más completo, en donde uno realiza con mucho esfuerzo su capacitación; por eso es buenísimo lograr que el egresado entre en un sistema de residencia, porque el ministerio tiene una buena oferta en varias especialidades”.
Por su parte, Cusa con sus 92 años contó orgullosa que hoy sigue capacitándose: “El instructor es la persona que guía, que toma al otro de su mano y de alguna manera tiene la responsabilidad de su formación. Ser pediatra es una cosa que nunca se acaba de saber, por eso todos los días hay que capacitarse. Yo con mis años aún sigo asistiendo a los congresos, recibo todo lo que sea información. Aunque la gente diga que no tengo obligación, yo digo que sí la tengo conmigo misma”.
Finalmente la primera instructora lanzó: “Este reconocimiento es una cosa que no me esperaba. Me invitaron a presenciar el acto, nada más. Por eso estoy muy agradecida a la vida”.
