El reuma no existe; sí la enfermedades reumatológicas
El reuma en sí no existe, es un término que por muchos años designó una serie de enfermedades inflamatorias y crónicas que suelen confundirse con regularidad, lo que dificulta su detección y el tratamiento oportuno.
El concepto de reuma no existe como tal, no hay ninguna enfermedad o dolencia del aparato locomotor que reciba ese nombre, lo que sí existen son las enfermedades reumatológicas, las que pueden llegar a contabilizarse más de 200, y que, si no reciben el tratamiento de manera oportuna, pueden provocar graves secuelas en quienes la padecen.
Las enfermedades reumatológicas más conocidas son la artritis reumatoidea y la artrosis, así lo explicó el doctor Gustavo Carrizo es jefe del servicio de Reumatología del hospital Centro de Salud. Son dos patologías que suelen confundirse, es por eso que desde hace un tiempo que se vienen realizando a nivel nacional, por la Sociedad Argentina de Reumatología y en Tucumán, junto al Ministerio de Salud Pública, una campaña de difusión e información de estas patologías. El reumatólogo hizo hincapié en la necesidad de poder distinguirlas, para interpretar los signos y síntomas, evitando de esta manera diagnósticos compartidos y tratamientos, lo que lleva a la automedicación, produciendo un conjunto de complicaciones que, en algunos casos, pueden tener consecuencias serias para la salud.
La diferencia está en el dolor
La principal manifestación de la mayoría de las enfermedades reumatológicas es el dolor. El 80% de las consultas que se realizan es por ello. Lo primero que hay que hacer en este sentido, manifestó el doctor Carrizo, es diferenciar el tipo de dolor que puede ser inflamatorio, consistente a la artritis reumatoidea, y mecánico que corresponde a la artrosis.
El dolor inflamatorio es persistente, no cede con reposo y es generalmente acompañado por la tumefacción de las articulaciones. El mecánico en cambio comienza a sentir cuando se inicia el moviendo, este va cediendo a medida que sigue en movimiento la articulación, puede sentirse una pequeña rigidez, y una de las diferencias más importante con el consistente a la artritis reumatoidea, es que con reposo puede ceder.
Esta identificación ayuda en gran medida a llegar a un diagnóstico correcto permitiendo el tratamiento oportuno y evitar de esta manera daños irreversibles que son generalmente consecuentes a los procesos inflamatorios que provocan estas patologías.
Otra manera de distinguir artritis reumatoidea de artrosis es que la primera se manifiesta, prevalentemente, a partir de los 30 años, mientras que la otra desde los 50. Pueden padecerse ambas. “Es muy frecuente ver a un paciente que empieza con artritis a los 30 y llega a los 50 a la artrosis que es un proceso de desgaste del cartílago articular, que tiene una prevalencia del 80% después de los 60”, añadió el doctor Carrizo.
El Ministerio de Salud Pública cuenta con el programa de Enfermedades Reumatológicas del PRIS, que tiene como referente a la doctora Mariana Espíndola, que evalúa los tratamientos biológicos para el paciente, si está en condiciones de recibirlo y entregarlo sin cargo, con el seguimiento y control correspondiente. “Tenemos todos los elementos necesarios para el diagnóstico, tratamiento y seguimiento, proveyendo además toda la medicación necesaria”, remarcó el reumatólogo.