Fue operado y ahora podrá donar su riñón a su hijo

Antonio Lucas Risso, de 39 años, sufría de una eventración (hernia sobre el abdomen) y durante un año intentó operarse, pero no tuvo éxito. A principios de este mes el Ministerio de Salud Pública, a cargo de la doctora Rossana Chahla, logró realizarle la intervención y ahora podrá salvar a su hijo.

Antonio vive en el barrio Teresa de Calcuta, en Alderetes; trabaja en la construcción y tiene cinco hijos. Uno de ellos, Tobías, (6) padece insuficiencia renal crónica y hace más de tres años se realiza diálisis, por lo que es necesario hacerle un trasplante.

A principios de este año sus papás viajaron al Hospital Garraham de Buenos Aires para hacer todos los estudios de compatibilidad. El único que podía hacerlo era Antonio, pero antes debía operarse. Las eventraciones normalmente no presentan síntomas, aunque con el tiempo, y si no se tratan, pueden aumentar de tamaño y provocar molestias en el momento de realizar algún esfuerzo físico y/o después de comer, cuando el intestino se dilata. El principal riesgo que presenta es que se estrangule; en estos casos pueden producirse alteraciones en el flujo sanguíneo y aparecer serias complicaciones que pueden, incluso, provocar la muerte.

“No podía comer, sentía mucho dolor y un calor que me quemaba por dentro, pero mi mayor preocupación era curarme, solo para poder salvar a mi hijo. El 10 de junio, gracias al Ministerio de Salud, pudieron operarme en el Hospital Padilla. Ahora espero poder recuperarme rápido para volver al Garraham”, explicó Antonio.

Natalia González, esposa de Antonio, destacó la ayuda que recibió del Ministerio de Salud para que su esposo pueda curarse y así ayudar a Tobías a poder tener una vida como la de cualquier niño. “Es muy difícil para nosotros, nos cuesta verlo con un catéter. Su sueño es poder  andar en bicicleta y jugar a la pelota con chicos de su edad. No falta mucho para que eso se cumpla y todo gracias al Ministerio”, expresó Natalia, mientras contó lo difícil que es para sus otros hijos ver a su hermano así. “Nuestra hija de 12 años le escribió una carta explicándole que si ella fuera mayor de edad, le donaría su riñón porque le duele verlo así”, agregó.

La familia Risso viajará a fines de julio o principios de agosto a Buenos Aires para iniciar los estudios y comenzar el trasplante de Tobías.

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