La Cooperadora del hospital Avellaneda, un equipo real y solidario que beneficia a todos los pacientes del efector
En 2022 esta asociación sin fines de lucro cumple 20 años de servicio para la comunidad hospitalaria. Gracias a cientos de personas que pasaron y siguen trabajando actualmente en la cooperadora, los pacientes reciben una atención de calidad. Las metas para este año.
“La cooperadora es una asociación sin fines de lucro que funciona con voluntariado desde el 2002. Nuestra acción social en el hospital es asistir al paciente, tratar de mejorar su calidad de vida. Tenemos actualmente un puesto de entrega todos los días de lunes a viernes, donde se cubren necesidades de ropa, artículos de higiene y muchas veces hacemos la gestión articulada para conseguir lo requerido”, cuenta Marta García Biagosch, integrante de la Comisión de la Cooperadora del hospital Nicolás Avellaneda.
Además, relata, mensualmente recaudan fondos y realizan con ello obras en el hospital: “Hicimos un centro de rehabilitación cardiopulmonar en forma conjunta con la Dirección, el Hogar de Madres, la Capilla, un Salón de Usos Múltiples de 300 metros cuadrados, una plaza exclusiva para los pacientes dentro del hospital, y muchas obras más chicas. Compramos equipamiento, el año pasado donamos un electroencefalograma móvil. Lo nuestro es totalmente independiente, funciona con gente asociada, con donaciones y recaudaciones por eventos o sorteos que hacemos”.
En este contexto, este año la cooperativa va a formar parte del grupo del Ramonazo, una fiesta familiar solidaria que beneficia a diferentes causas. “Somos una de las instituciones favorecidas para vender una rifa para ganar un auto. Con ese tipo de recaudaciones hacemos las obras. Vamos a tener la rifa el 20 de abril y el sorteo será el 22 de mayo, será un bono contribución para nosotros y otras fundaciones más. El precio es $500, ya vamos a estar anunciando en las redes para que puedan comprar la rifa”, explica.
Por su parte, Sara de Blanque, también miembro de la asociación, destaca: “Tuvimos una charla con el ministro, él sabe de todas las necesidades de los pacientes. Queremos hacer una nueva obra, una casa del enfermo crónico. Tenemos pacientes pediátricos que están conectados y usando camas en terapia intensiva; esas camas son necesarias para internación entonces queremos hacer una casa para ellos. Teníamos cuatro chicos y uno falleció este año; llevan cinco años así, nacieron y están conectados, sus mamás están paradas en la terapia y entran a verlos de vez en cuando. En esas tratativas estamos, que nos den una parte de terreno y así podamos construir esa casa. Continuaremos con el trabajo conjunto con el Ministerio”.