Salud alerta sobre el peligro de consumir aguas y sodas de fuentes no verificadas
María Virginia Apud, directora de la Dirección de Bromatología de Siprosa, hace un llamado a la comunidad para extremar precauciones al adquirir productos como aguas, helados, sodas y hielo durante la temporada de mayor consumo.
En esta época del año, donde se incrementa el consumo de bebidas como aguas en bidones, sodas, helados y hielo, la Dirección de Bromatología de la Dirección General de Fiscalización Sanitaria del Siprosa, encabezada por la bioquímica María Virginia Apud, hace un importante llamado a la comunidad para que preste especial atención a la compra de estos productos y para colaborar en la detección de posibles irregularidades. Apud explicó las principales recomendaciones para asegurar que los productos adquiridos sean aptos para el consumo.
Precauciones al adquirir agua en bidones y sodas
Una de las principales preocupaciones de la directora tiene que ver con la comercialización de agua en bidones y sodas puerta a puerta, lo que dificulta la identificación de establecimientos clandestinos. «Es muy difícil encontrar estos lugares porque no hay un negocio físico donde se comercialicen, sino que se vende directamente al consumidor. Por eso, es importante que la gente revise ciertos aspectos al momento de la compra», indicó.
Apud aconsejó que, al adquirir estos productos, los consumidores verifiquen la limpieza y la higiene de los bidones, así como la correcta rotulación, que debe incluir el nombre de la empresa elaboradora, su razón social, el domicilio legal y el número de registro nacional de establecimiento (RNE), que comienza con «23» en Tucumán. También recomendó revisar que el agua no esté etiquetada como «agua mineral», ya que la mayoría de los productos de este tipo son en realidad agua tratada. «El rotulado tiene que ser claro: si dice ‘agua mineralizada’ o ‘agua mineral’, no es correcto. Es agua tratada o de mesa», aclaró.
Otro de los puntos que destacó Apud tiene que ver con el estado de los envases, tanto en el caso de los bidones como de los sifones. «Son envases retornables, pero su higiene debe ser rigurosamente controlada. A menudo los mismos consumidores no los cuidan adecuadamente, dejándolos al sol o en condiciones inapropiadas, lo que favorece la proliferación de bacterias», advirtió.
En cuanto al consumo de helados y hielo, Apud señaló que es crucial que los padres se aseguren de que los productos que consumen sus hijos cuenten con la correcta rotulación y los registros pertinentes. «Los helados, especialmente los económicos que se venden en palitos, son muy consumidos por los niños, y es importante que los padres verifiquen la información del elaborador y los registros, para garantizar que el establecimiento esté habilitado», subrayó.
La fiscalización de los alimentos en Tucumán
La Dirección de Bromatología no solo se encarga de controlar la higiene de los establecimientos, sino también de realizar análisis bacteriológicos y físico-químicos de los productos alimenticios. «Contamos con laboratorios especializados, como el de microbiología, donde analizamos todos los alimentos que se elaboran en Tucumán, desde panificados hasta productos congelados. Además, tenemos un laboratorio certificado con normas ISO, que es referente en el NOA para alimentos libres de gluten», explicó Apud.
Los estudios realizados permiten asegurar que los productos cumplan con los parámetros de calidad y seguridad alimentaria, especialmente en lo que respecta a la población celíaca.
Cómo realizar denuncias y consultas
La directora también recordó que los ciudadanos pueden realizar denuncias o consultas de manera sencilla. «Ante cualquier duda, pueden consultar la página web o comunicarse con el correo electrónico bromatologiátucumán@gmail.com o al teléfono 4245617. También recibimos denuncias de forma presencial en nuestra sede, ubicada en el pasaje Dorrego 1.080″, destacó.
Finalmente, Apud enfatizó que cualquier denuncia puede ser acompañada de una muestra del producto para su análisis. «Si alguien tiene dudas sobre un producto que ha consumido y tiene síntomas relacionados, puede traernos la muestra, y realizaremos el análisis correspondiente. Esto nos ayuda a garantizar la seguridad de la población», concluyó.
La colaboración de la comunidad es fundamental para prevenir situaciones de riesgo y garantizar que los productos que se consumen sean seguros y de calidad.