La maternidad del hospital de Monteros atiende pacientes con COVID-19
Desde el aumento de casos en la provincia, el efector principal de esa ciudad reorganizó sus funciones para poder atender partos y cesáreas de embarazos con bajo o moderado riesgo, cuyas pacientes tengan COVID-19.
Al respecto, la doctora Sonia Patton, médica tocoginecóloga del hospital General Lamadrid de Monteros, comentó que a pesar de ser una maternidad en crecimiento el personal está capacitado y tiene todo el equipamiento necesario para atender este tipo de casos.
“Somos una maternidad que está en crecimiento porque es un hospital regional que recién a partir de marzo cuenta con el área de neonatología, por ejemplo. A partir de ahí se empezó a crecer en el número de atención de embarazos de riesgo porque podemos atender a bebés de 34 semanas”, explicó la doctora.
Con el avance de la pandemia, los primeros meses el personal se preparó con capacitaciones en el servicio para la atención de pacientes con COVID-19 positivo.
“Se hicieron capacitaciones sobre el uso del equipo de protección personal, sobre la disposición de residuos patológicos, se modificó un poco la circulación en la maternidad, que a pesar de ser chica, hemos podido organizarnos para tener mayor seguridad. No solamente para los pacientes, sino también para el personal”, agregó.
A partir del aumento de casos en toda la provincia, ingresó una paciente con sospecha de COVID-19 que debió ser atendida de urgencia. “Era una paciente con un embarazo de término pero con una patología obstétrica. Como no teníamos el resultado y no se podía hacer la derivación. Se tomó la decisión de realizar la operación en el hospital”, contó Patton.
Para la atención del caso, se informó a todos los servicios y a todo el personal involucrado para que usen la protección adecuada y sigan las medidas de bioseguridad. Se activó el protocolo tanto en el consultorio de febril, por donde ingresó la paciente, como en la maternidad, en las salas de aislamiento, en neonatología y en quirófano.
“La cesárea se realizó con éxito. El bebé fue a neonatología para control y la mamá a una zona aislada de pacientes con COVID-19. Se realizó el control durante las primeras 24 horas, con radiografías, análisis y todo lo correspondiente para el caso. Hasta que estuvo el resultado de su hisopado, como la paciente estaba sin síntomas, se le dio el alta con aislamiento domiciliario. Aun así siempre se realizó el control a través de telemedicina”, detalló la doctora.
Luego el bebé también fue dado de alta, pero cuando llegaron los resultados ambos dieron positivo para COVID-19, pero debido a su buen estado de salud general continuaron con su aislamiento domiciliario hasta cumplir los días para recibir el alta.
La especialista destacó la importancia de la preparación del recurso humano involucrado ya que luego de esta cirugía ninguno de los profesionales se contagió.
Por su parte, la directora del hospital, doctora Andrea Piredda explicó cómo se modificó la dinámica del hospital. “Se adecuó una sala para COVID-19 y se hicieron reformas en la maternidad. Además, se creó todo un protocolo de ingreso de las pacientes a una zona donde están aisladas y un lugar para el parto. El Ministerio de Salud Pública se ocupó también de proveernos médicos para cubrir todos los días de guardia con ginecólogos”.
Este avance es muy importante para el sur de la provincia ya que así se puede dar respuesta a los pacientes del sur y de la zona de los Valles Calchaquíes. Esto permite además reducir la cantidad de derivaciones y evita sobrecargar a los hospitales centrales.
“Todo esto también es gracias al recurso humano y al personal del hospital que pone todo de sí para que esto se logre”, concluyó Piredda.