Los pacientes con trastornos de obesidad jóvenes con COVID-19 tienen el mismo riesgo que los pacientes adultos mayores
A principios de octubre se publicó una resolución en el Boletín Oficial de la Nación en la que establece a la obesidad como factor de riesgo ante el COVID-19. De acuerdo a esta resolución, se considera a los pacientes con índice de masa corporal (IMC) mayor a 35 kg/m2 como grupo de riesgo.
Al respecto, el doctor Francisco D’Onofrio, referente del Programa de Atención Integral de la Obesidad (PAIO) del Siprosa, comentó: “En junio ya había estudios en Francia y en Estados Unidos que decían que la obesidad era un factor de riesgo. Esto significa que este tipo de pacientes presenta más prevalencia a ser hospitalizados, a ingresar a unidades de cuidado intensivos y a desarrollar complicaciones más graves”.
Además se considera que este riesgo es aún mayor en comparación con pacientes ancianos, diabéticos e hipertensos, por lo que necesitan con mayor frecuencia respiradores y tienen mayor riesgo de mortalidad.
“Por más que se confíen en que son jóvenes, si son obesos tienen el mismo riesgo que los adultos mayores de 65 años”, destacó D’Onofrio.
El especialista explicó además que la obesidad es un factor de riesgo por TRES motivos.
En primer lugar, es un proceso inflamatorio crónico. Esto se produce por un exceso de tejido adiposo, es decir, de grasa, lo que hace que en el paciente se altere su función inmunológica, por lo que son pacientes con una cierta inmunodepresión.
En segundo lugar, como consecuencia de lo anterior, los pacientes obesos suelen ser más proclives a desarrollar neumonías. “Más allá de que el COVID-19 puede generar neumonía, el paciente obeso tiene tendencias a desarrollarlas por su inmunodepresión”.
Además, la obesidad genera una alteración de la microbiota. Éstas son bacterias a nivel intestinal que pueden jugar un papel importante para prevenir la infección ya que regulan la parte inmunológica.
“Cuando el paciente obeso se infecta con COVID-19, puede presentar complicaciones en su cuadro clínico por las razones mencionadas y porque es un paciente cuya inmunidad no logra responder a la infección, peor que un paciente diabético, hipertenso o anciano”, aclaró.
Tucumán cuenta con el Programa de Atención Integral de la Obesidad (PAIO), que trabaja en gran medida con pacientes obesos mórbidos.
Durante la pandemia los profesionales de CePTA (Centro Provincial de Trastornos Alimentarios) y del Programa están atendiendo en forma virtual a los pacientes obesos.
“Aun así se ha resentido un poco la atención porque el paciente obeso mórbido necesita mucho de la atención presencial. Son pacientes que necesitan contención en su salud mental. Si en esta etapa de pandemia, cualquier persona ha sufrido trastornos de ansiedad, depresión o ataques de pánico, en los pacientes obesos se agravó mucho más”, concluyó el profesional.