Marcelo se recupera gracias a una cirugía con resonancia transoperatoria sin precedentes
El jefe del servicio de Neurocirugía del hospital, doctor Álvaro Campero, ofreció detalles acerca de una exitosa cirugía que pudo practicarse en una sola intervención, gracias al desarrollo de una resonancia magnética in situ. La misma arrojó la información necesaria para extirpar todo el tumor implantado cerca del área cerebral motora de un joven paciente.
Marcelo Díaz tiene 26 años, su vida transcurría con normalidad hasta que el pasado 24 de mayo fue hospitalizado a causa de un súbito desmayo: “En ese momento creí que había sido solo un susto, me asistieron y volví a mi vida cotidiana. El 18 de junio tuve un segundo y tercer desvanecimiento, fue entonces cuando me trajeron al Padilla y en principio todo indicaba que tenía epilepsia”, contó. Así mismo comentó que empezó inmediatamente a recibir la medicación correspondiente.
El 7 de julio un nuevo episodio se presentó, causando en Marcelo confusión y dificultad para articular palabras. Por este motivo días después se realizó una resonancia que arrojó el panorama más desalentador: un gran tumor cerebral en una zona compleja de intervenir.
“En ese momento sentí una caída muy grande y supe que la única alternativa era la operación. Ahora estoy bien, me siento bien, en dos semanas de internación volví a caminar, hago mi vida tranquilo y estoy rehabilitándome con kinesiólogos del hospital para recuperar el movimiento total de mi brazo”, relató Marcelo al tiempo que agradeció a todo el equipo de profesionales y a su familia por estar siempre a su lado.
“No hay que tener miedo, hay que ser fuerte, de esto también se sale y se vive, gracias a Dios”, concluyó emocionado.
Sobre el caso, Campero detalló que durante la cirugía resecaron la parte del tumor que consideraron necesario extirpar, siempre monitorizados por un neurólogo (en esta oportunidad por el doctor Iguzquiza) y explicó que al encontrarse el tumor tan cercano a la zona motora del paciente los cuidados debieron extremarse.
“Es por eso que cuando terminamos de resecar el área que tomamos como objetivo, cerramos, hicimos una resonancia magnética en el momento y observamos que todavía quedaba una porción del tumor. Regresamos a quirófano y pudimos extraer la parte que faltaba en una sola intervención”, afirmó el referente.
La ventaja de esta incorporación es la posibilidad de realizar una resección macroscópica completa y eso desde el punto de vista oncológico redunda en beneficios para la recuperación del paciente. Se evitan además demoras en los procesos que por lo general incluyen resonancias magnéticas recién en el periodo posoperatorio, donde se pueden detectar restos de tumor y hasta requerir de posteriores intervenciones.
“En caso de necesitar una segunda cirugía, por lo general debe esperarse un plazo de hasta tres meses de transcurrida la primera, e incluso muchas veces representan tanto estrés para el paciente que el mismo no accede a realizarla”, explicó el jefe de servicio.
La logística total para esta cirugía requirió de alrededor de dos meses de trabajo y coordinación entre los equipos profesionales involucrados, a saber, los servicios de Neurocirugía, Anestesia, técnicos de Diagnóstico por Imágenes (que supervisaron que las condiciones necesarias estuvieran dadas para realizar el estudio) instrumentadores, enfermeros, entre otras especialidades. |
“Alrededor de 20 personas trabajamos juntas y coordinadamente. Somos además una de las pocas instituciones a nivel nacional que cuentan con un resonador de alta complejidad, por eso estamos contentos y orgullosos no sólo por nuestro hospital Padilla sino por el nivel de la medicina pública de nuestra provincia”, concluyó Campero.
Por su parte, el médico anestesiólogo y especialista en neurocirugías de alta complejidad, Henrique Malaguez Webber, comentó que el plan anestésico para estas intervenciones es complejo y debe evaluar varios puntos, entre los que se destaca la necesidad de no interferir con el control neurofisiológico intraoperatorio, mantener al paciente lo mejor posible para el traslado hacia el resonador y que no se generen complicaciones en su recuperación.
Bajo la premisa de un trabajo en equipo como clave del éxito, los especialistas destacaron y agradecieron la amable predisposición del neurocirujano, doctor Martin Paiz; jefe de residentes de Neurocirugía, doctor Juan José Agüero; residentes, doctores Rocío Reyes Cano y Benjamín Romero Leguina; personal a cargo del resonador, técnico Jorge Montivero; anestesista, doctor Franco Fornaciari; personal de instrumentación Cecilia Lencina y Camila Reynaldi; personal de enfermería de Sala 12 y de Terapia Intensiva . |