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Morena es un ejemplo de fortaleza y ganas de vivir

El ministro de Salud Pública, doctor Luis Medina Ruiz, recibió en su despacho hoy a Morena, quien padece de leucemia y actualmente se encuentra en revisión. La acompañó su mamá, Ana María, quien agradeció al funcionario por estar siempre atento a su tratamiento y mejora. Estos controles, tratamientos y cuidados se deben a la importancia que se le da al área de Salud debido a las políticas públicas del gobernador Osvaldo Jaldo.

El responsable de la cartera Sanitaria, doctor Luis Medina Ruiz, junto al subsecretario, doctor Marcelo Montoya y la doctora Cristina Majul, recibieron a Morena y su mamá que contó su actual situación con respecto a su patología, el ejemplo de superación que inspira su caso y la importancia de la fe para salir adelante.

Morena de 17 años, contó que a los 13 años sufrió de un fuerte dolor en la cadera y cuando acudió a los médicos le informaron que tenía una fractura por compresión de la quinta vértebra lumbar, al momento de realizarle varios estudios descubrieron que padecía de leucemia.

“En el momento que me enteré, estaba muy informada de mi padecimiento ya que pedía que me expliquen todo, tenía inmensas ganas de llorar ya que no entendía nada, me preguntaba por qué a mí corta edad debía pasar por una situación así. Afortunadamente contaba con el apoyo incondicional de mi mamá, mi papá y mis hermanitos; sin embargo, no pasó lo mismo con mis amigos, todos se alejaron y eso caló profundo en mí, generando mucha angustia y soledad. Tuve que dejar de asistir a la escuela para iniciar el tratamiento y fue un cambio rotundo en mi vida”, contó Morena con su voz quebrada.

La joven conoció el hospital de Niños con su patología, con las quimioterapias, las internaciones que se prolongaban más de una semana dependiendo si se complicaba más la situación.

“Siempre me encontraba al cuidado de mi mamá y un día cuando estaba en la terapia entubada, fue por mi cumpleaños número 15 el ministro de Salud, el doctor Luis Medina Ruiz, y me regaló una Tablet, que luego cuando me recuperé la usé muchísimo para pasar el tiempo y mi estadía en las que estaba mucho tiempo internada”, recordó.

Siguiendo esta línea, la joven contó que como católica creyente se encomendaba en Dios y en la Virgen en los peores momentos del tratamiento. Además, confesó que cada vez que regresa al hospital de Niños, siente mucho miedo, a pesar de que fue muy bien atendida, los recuerdos de las largas estadías y los pensamientos tristes, vuelven a ella. En marzo, fue internada ya que debían colocarle una medicación, aunque actualmente la evolución de la leucemia linfoblástica aguda está en recesión, recuerda los momentos en que no podía injerir ninguna comida o fruta y hoy ya puede hacerlo naturalmente.

Morena detalló que, a pesar de un problema actual con su cadera, lo que la obliga a usar una silla de ruedas, trata de hacer unos pasos por su casa cada mañana. “Me tienen que realizar un reemplazó de cadera, estoy muy temerosa de esa intervención, pero ruego a Dios que salga todo bien. Trato de mantenerme siempre optimista y planear mi futuro, quiero estudiar diseño gráfico cuando termine la secundaria y tengo mucha fe en eso”, enfatizó.

A pesar de la adversidad Morena insta a todas las personas que estén pasando una situación difícil como ella que no bajen los brazos, que se mantengan fuerte ya que siempre hay una esperanza y se debe mantener la fe en Dios y la vida.

Su mamá, Ana María, relató que Morena por su leucemia linfoblástica aguda, inició en el hospital de Niños con 6 meses de quimioterapia por vena, posteriormente le fue implantado un catéter para pasar por allí la medicación, este proceso fue largo y hubo semanas en las que no volvían a casa debiendo quedarse más tiempo del esperado.

“La sala 12 en el tercer piso para nosotros es como nuestra casa, teníamos una habitación con tele, las enfermeras fueron siempre encantadoras y entre todas las mamás nos apoyábamos mucho. Fueron tiempos muy difíciles porque siempre estábamos con Morena y a mi otra hija Mia la saludábamos por la ventana. La primera vez estuvimos 40 días hasta que pudo salir con el corset y la silla de ruedas para regresar a casa a seguir con el tratamiento de quimio”, enfatizó.

Y agregó: “Estoy agradecida a la vida, al hospital, a las mamás que nos apoyamos entre nosotras y lloramos juntas durante tanto tiempo, logramos una amistad para toda la vida. Hoy Morena padece también de osteonecrosis, es una enfermedad causada por la pérdida del suministro sanguíneo a los huesos, por ello estuvo muy grave además de una neumonía bilateral por la que tuvieron que entubarla tres veces y sus pulmones estaban complicados”.

Ana María, confesó que la familia ha comprobado ser fervientes creyentes, ya que la religión y la oración ha sido un gran pilar en todo el proceso de Morena. “Estamos muy agradecidos a Dios, a muchos amigos y fundamentalmente a la nuestra familia; a mi hija no le daban más que horas de vida, pero ha luchado tanto por vivir que fue verdaderamente un milagro, ella ha vuelto a nacer”, exclamó emocionada.

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