“No dudé ni un minuto y le doné mi riñón”
A diez años del primer trasplante renal en la provincia, Blanca Serrano recuerda cómo fue el antes el durante y el después de aquella intervención en el hospital Padilla, donde le donó su órgano a Juan Carlos López, su esposo, de Santiago del Estero, y que terminó de manera exitosa gracias al trabajo de todo el equipo de salud.
En el marco de un acto en el anfiteatro del efector, encabezado por el ministro de Salud Pública, doctor Luis Medina Ruiz, Blanca, Juan Carlos (69) y el jefe de la Unidad de Trasplante y Ablación del hospital, doctor Santiago Villavicencio, dieron sus testimonios de cómo vivieron aquel momento que marcó para siempre la salud pública de la provincia y desembocó en decenas de vidas salvadas gracias a esta práctica.
“En aquellos años yo vivía en Buenos Aires y venía solamente a trasplantar a Tucumán, por lo que llegaba a la provincia y me quedada unos días cuidando al paciente, y particularmente con este paciente fue muy emocionante porque se trataba de alguien que no contaba con la posibilidad de ser trasplantado, ya que era de otra provincia, y su esposa fue muy generosa y solidaria donándole el riñón”, comenzó contando Villavicencio.
Recordó que tuvieron que utilizar dos quirófanos en forma simultánea, con dos equipos quirúrgicos; uno para operar a la donante mientras el otro equipo quirúrgico estaba esperando al receptor: “Fue un momento de gran intensidad y expectativa, y que por suerte tuvo un buen resultado, por eso es que hoy está presente aquí con nosotros en este día, después de diez años de aquel primer trasplante, muy agradecido por todo lo que hicimos por él, así que nosotros también estamos muy contentos”.
Y cerró: “Hay un dicho que dice ‘sin donación no hay trasplante’, y eso es cierto, porque no hay acto más grande de solidaridad y amor al prójimo que la donación, ya sea con donante vivo o ante el lamentable fallecimiento de una persona donde la familia acompaña con la decisión del fallecido decidido a donar”.
Juan Carlos dijo que es notorio el cambio de vida luego del trasplante y que el apoyo de la familia y de los profesionales fue fundamental. “Fue importante además apegarme al tratamiento que me indicaron los médicos, que es algo muy valioso porque sin eso no podemos seguir con una buena calidad de vida. Nosotros en Santiago del Estero lamentablemente no tenemos la gran fortuna de contar con una unidad de trasplante como en Tucumán, entonces tuvimos que hacer aquí todos los estudios, tanto yo como mi donante, siendo además los primeros trasplantados en la provincia”.
También contó que hoy sus días cambiaron par bien: “Gracias a Dios mi vida hoy es mucho más tranquila. Aprendí a conocer mi cuerpo. Ya no me asusto por cualquier dolorcito que pueda surgir, que antes siempre era un susto pensando que podría ser del trasplante. Así que seguimos día a día disfrutando de una mejor calidad de vida. Tengo un gran agradecimiento con todos los médicos que en ese entonces nos trataron e hicieron guardias, y que pusieron todo para poder cambiar mi vida”.
Por su parte, Blanca remarcó que apenas le propusieron la posibilidad de ser donante no dudó ni un minuto, no solo por ser su marido el beneficiado, sino porque también está a favor de la donación. “Y así empezó la realización de todos los estudios hasta que finalmente se concretó aquel trasplante hace una década. Hasta el día de hoy continúa con el seguimiento de los médicos y gracias a la conducta de mi marido, que también es muy importante para poder gozar de una excelente calidad de vida desde el día que le dieron el alta. Es fundamental la concientización sobre la donación de órganos y quiero agradecer la increíble labor de los profesionales de este hospital y al gobierno de esta provincia”, cerró.