“No sé cómo agradecer todo lo que hacen por mí”
Fueron las palabras de Manuel Amaya, un paciente de 57 años con problema de obesidad que está siendo tratado en el CAPS Carlos Cattaneo. Él y personal del efector cuentan cómo es el tratamiento y de qué forma se trabaja para mejorar la calidad de vida en estos casos.
Manuel Amaya tiene seis hijos mayores y once nietos. Su esposa se llama María y vive a tres cuadras del CAPS, ubicado en avenida Martin Berho 1.064. “Yo pesaba 270 kilos y había tratado de ir a consultar con diferentes médicos para solucionar mi problema de vida porque no podía vivir así”, comenzó su relato el paciente. Aseguró que con tanto peso no podía caminar y necesitaba que un profesional lo trate. Hasta que dio con un grupo de médicos que lo atendieron. Se trata del equipo de profesionales de la salud del CAPS Carlos Cattaneo, quienes también hicieron uso del sistema de referencia y contrareferencia con el cual realizaban interconsultas en el Hospital Centro de Salud y en el Área Noreste. “Siempre me mandaron móviles para que pueda trasladarme además de la atención constante”, recordó Manuel.
Seguidamente, el paciente contó que pudo empezar el tratamiento y ver soluciones concretas. “Ya bajé 100 kilos y voy por más, quiero llegar a un peso de 80 kilos”, deseó. Al respecto, contó que tenía dificultades incluso para subir a un taxi. “Cuando me veían se iban, eso me hacía sentir incómodo. Cuando llegaba a casa lloraba, me ponía mal, me sentía discriminado por mi problema de obesidad, por eso le digo a todas las personas que sufran de estos problemas como yo, que sí se puede salir de esto con mucho esfuerzo y voluntad”, se descargó.
Al momento de hacer referencia al efector que lo trata en su problema, Manuel expuso: “El Cattaneo a mí me ha dado mucho porque yo pedía turnos para el hospital por intermedio de ellos. He conseguido que los médicos, la psicóloga, la nutricionista y hasta la dermatóloga vengan a casa a atenderme, incluso hasta un odontólogo me asistió en mi domicilio”. Luego, manifestó: “Por eso estoy muy agradecido, por la atención que pusieron en mí; hasta las viandas de la comida que necesito para el mediodía y la noche recibo del Programa de Obesidad, a cargo del doctor Francisco D’Onorifo”.
En la oportunidad, el hombre afirmó que hay que ponerse firmes y hacer las cosas como tienen que ser para que salga todo bien. “Mi meta próxima es llegar a un peso normal que me permita caminar, hacer gimnasia y eso espero concretarlo después de mi operación bariátrica que me ayudará mucho también”, sostuvo. En este sentido, dijo que quiere ir por más y volver a trabajar. “Ahora recuperé las ganas. El 28 de noviembre tengo una junta médica entre ANSES y la Municipalidad, que supervisará que yo esté en condiciones de volver a mi trabajo en la Asistencia Pública”, comentó.
Manuel aprovechó el momento para enviar un mensaje a todos los que padecen su misma enfermedad. “Les aconsejo que se acerquen a los servicios de salud, ellos brindan posibilidades, las mismas operaciones, los mismos servicios médicos, los mismos equipos que puede ofrecer cualquier obra social están disponibles en el sistema público. Yo tengo obra social, pero tienen su lugar quienes no la tienen”, se explayó.
Finalmente, el paciente de 57 años se sinceró: “Me queda solo agradecer, se han portado muy bien conmigo, siempre cerca, preguntándome cómo voy. Recibo los medicamentos, la comida, el móvil de traslado para llevarme a consulta, no puedo pedirles más al Área Operativa Noreste, al CAPS, al Centro de Salud, donde siempre me atendieron como si me conocieran de toda una vida; sin conocer a esta gente me abrieron las puertas y esto ha sido una bendición de Dios para mí”. Por último, contó qué le dio fuerzas para salir adelante: “Esto ha tenido que ver con pensar en la familia, en mis nietos con los que no puedo jugar en el parque, pero ahora voy a poder. Cuando uno se ve mejor y más delgado se siente mejor y se entusiasma para seguir con mucha fuerza de voluntad, no sé cómo agradecerles”, culminó.
Por su parte, el director del CAPS Carlos Cattaneo, Fernando Berta, aseguró que lo que se hizo fue garantizar un derecho que tiene Manuel y todos los ciudadanos, que es el acceso a la salud. “En este caso, en el primer nivel de atención, hemos brindado el servicio de diferentes prestaciones que él necesitaba, sobre todo la valoración nutricional y el acompañamiento en cuanto a salud mental”, expresó.
La Psicóloga del CAPS, María Laura Bertini, explicó que los pacientes con obesidad mórbida tienen un fuerte componente psicológico en lo que respecta al tratamiento. “Hacemos un seguimiento de los hábitos dietarios, fortaleciendo y acompañándolo en su proyecto, que es mejorar su calidad de vida. La operación que se le está por hacer ahora será un paso muy importante para él. Podrá llevar a cabo actividades que ahora no puede realizar”, comentó.
Quienes tienen mucho que ver con la mejora en el tratamiento de los pacientes son los agentes socio-sanitarios. Elsa Roxana Abregú, es una de ellos y afirmó que es muy difícil lograr que pacientes que están en la situación de Manuel continúen el tratamiento. “Por lo general lo dejan, pero en el caso de él es más fácil. Nos recibe muy bien en su domicilio, su familia colabora en todo. Es muy respetuoso de las indicaciones médicas. Sigue al pié de la letra lo que se le pide”, remarcó.
Elena del Valle Nieto también es agente del CAPS y contó cómo trabajan, además de hacer referencia al caso de Manuel. “Nosotros llegamos al servicio y a los pocos minutos ya salimos a realizar visitas domiciliarias. En cada hogar uno se encuentra con distintas situaciones”, manifestó. En el caso de Manuel, dijo que cuando le toca ir a su casa ve su ansiedad por saber cómo sigue el tratamiento y su fuerza para continuarlo. “Nosotros estamos para contener al paciente y encontrarse con gente como él, con tantas ganas de salir adelante, es un gusto. Es un ejemplo para muchos”, enfatizó.
El CAPS está ubicado en la avenida Martín Berho 1.060, su horario de atención es de 7 a 19 horas y brinda las prestaciones básicas en salud: pediatría, ginecología, psicología, clínica médica, nutrición y enfermería. Además, el efector cuenta con un equipo territorial que trabaja en lo que tiene que ver con adicciones y brinda una oferta en lo referido a salud sexual, que es un dispositivo de acceso a la anticoncepción y consejería.