Pacientes de la Maternidad, entre pinceles y acrílicos, buscan mitigar el cáncer
Diariamente asisten a la institución pacientes que padecen cáncer y por una iniciativa de los profesionales de la institución se puso en marcha el ‘Proyecto Color’, el cual los motiva a sobrellevar su enfermedad con un taller de pintura. El 6 de diciembre se realizará una exposición de sus trabajos.
El Servicio de Oncología está ubicado en el 6to piso de la Maternidad, donde funciona el área de ginecología y las pacientes reciben su quimioterapia. Llegar hasta ahí a cuesta de esa enfermedad es un momento de incertidumbre y miedo, sin embargo el primer paso que dan las pacientes dentro del lugar cambia con tan solo el cálido saludo de las enfermeras que las reciben. Pero sin lugar a dudas cambia aún más con los pinceles y acrílicos de todos los colores que están listos sobre su mesa de dibujo.
“’Proyecto Color’ comenzó hace dos años con la idea de apoyar y ayudar a las mujeres que están en su quimioterapia. En ese momento de espera hasta que le pasa la medicación hacen algo creativo que les ayuda mental y espiritualmente a sobreponerse a su enfermedad”, dijo la directora de la institución, doctora Elena Hurtado.
El proyecto tiene un objetivo amplio en el tratamiento médico y se complementa con el taller que viene a unirse al Plan Rector que impulsa el Ministerio de Salud Pública, a cargo de la doctora Rossana Chahla, que es el trato humanizado y centrado en el paciente.
Testimonios de las ‘artistas’
Dora, de 59 años, viaja una vez a la semana desde su adorado Tafí del Valle. Hasta llegar a la Maternidad tiene un gran trayecto pero lo hace acompañada de su esposo, que a la vez es su chofer preferido. La paciente padece de cáncer de mama y se lo detectó gracias a un control de rutina que se realizó. “No me dio miedo. Sí me preocupé pero gracias a Dios, a los médicos y enfermeras lo estoy llevando muy bien”, contó con un tono de voz fuerte.
En cuanto al taller, Dora se mostró muy contenta con lo que está haciendo. “Ya voy pintando dos cuadros con mi mano izquierda. Por suerte a mi familia le gustó y a todas las chicas que están aquí. Al primero lo vi en otro retrato y el otro cuadro lo hice inspirada en el paisaje de donde yo vivo. Esto ayuda, por eso les digo a las personas que están enfermas que tienen que tener fuerzas y no miedo; que no bajen los brazos y busquen apoyo en la familia y en los profesionales como mis enfermeras, Gringuita y Graciela, a quienes les agradezco eternamente porque son mi luz”, se explayó.
En tanto, a Claudia se le detectó el cáncer de mama en el 2015. Ella es una de las pacientes más coquetas: combina los colores de su ropa, con el pañuelo que envuelve la cabellera que pronto volverá a crecer, e incluso cubre sus ojos con unos anteojos que están al tono.
Sobre su vestimenta, contó: “Pienso que la persona debe poner de uno mismo para salir adelante. No hay que mirarse si una es gorda o flaca, si es alta o petiza. Uno es mujer y quiere vivir como sea porque hay mucho por hacer. Además tengo hijos, soy abuela y estoy agradecida por estar viva”.
Sobre el taller, remarcó: “Me abre la mente, me descansa, me siento más aliviada porque a veces vengo tensionada, afligida y no quería hacer el tratamiento. Pero desde que empecé el taller siento que me gusta mucho pintar y jugar con los colores. Le doy las gracias a Dios, a los médicos y enfermeras. Son muy buenos y están constantemente con nosotros alentándonos».
Silvia, otra paciente, padece un cáncer de ovarios. La enfermedad se le detectó hace cinco meses. Tiene 46 años, es mamá de dos varones (30 y 14 años), abuela de cuatro nietos y tiene ocho hermanos de quienes recibe el apoyo incondicional, ya que siempre estuvieron a su lado. A pesar de su enfermedad, muestra mucha entereza, no pierde las fuerzas y cuando siente que está cayendo se toma de la mano de los médicos y de los pinceles y hace notar sus ganas de vivir en los tres cuadros que ya lleva pintados. “No sé dibujar pero aquí estoy aprendiendo, por eso hice estos cuadro. Me gustan todos los colores fuertes. Esto me da mucha felicidad y quiero seguir aprendiendo cuando salga de aquí. Hoy fue mi última quimio por eso les digo a los médicos ‘muchísimas gracias y que Dios los bendiga para que nos sigan cuidando’”, expresó.
Con una mirada firme y esperanzadora, Silvia agregó: “Aquí me descubrieron un tumor. Todo fue muy rápido, por eso la Maternidad es especial. El trato que tienen conmigo es muy bueno. Este lugar es mi segunda casa porque compartimos varias horas”.
Exposición
De acuerdo a lo informado por la profesora de educación física y psicóloga social, Clara Nadal, los trabajos de las pacientes serán expuestos el miércoles 6 de diciembre. “Para ese día están invitadas todas las mujeres que pasaron por este servicio, los voluntarios de la facultad de Artes que le dieron un salto de calidad a los trabajos y toda la población. La muestra será en el hall del instituto a las 11 de la mañana” informó y remarcó que esta muestra es para compartir la experiencia de la lucha de estas mujeres.
Servicio de Oncología
La Maternidad es un hospital de referencia, atienden la mayoría de las patologías femeninas y desde el punto de vista oncológico es importante. “Aquí trabajamos todos los días, recibimos patologías de toda la provincia y les damos el tratamiento necesario para poder sobrellevar estos diagnósticos”, explicó la doctora Patricia Medina, mastóloga de la institución, quien también destacó que el cáncer de mama es el que lleva la cabecera y, como lo indican las estadísticas, es el principal cáncer en la mujer, además del de cuello uterino”.
El Servicio de Oncología está a cargo del doctor Rubén Peruzzi, cuenta con médicos especialistas como ginecólogos y mastólogos. Una vez que tienen el diagnóstico se sigue la terapéutica adecuada. La atención de las pacientes es de lunes a viernes.
Cabe destacar que también cuenta con atención psicológica. Al respecto, la licenciada Gabriela López dijo que este trabajo permite sacarlas fuera de foco de su tratamiento y permite que vivan otra historia dentro del hospital, ya que llegan con mucha angustia y ansiedad. “La idea es que hagan cosas que las diviertan, por eso se pone música y se las incentiva con el taller. Hay mujeres que no se animan a hacerlo pero se entusiasman mirando el trabajo que realizan sus compañeras”, lanzó la profesional.